¿Cómo y en que gastamos los mexicanos?, lo que dice la ENIGH 2022

Cynthia Valeriano

¿Cómo y en que gastamos los mexicanos?, lo que dice la ENIGH 2022

A finales de julio de este año, el INEGI dio a conocer los resultados ya clasificados y ordenados de la encuesta nacional de ingreso-gasto de los hogares en México (ENIGH 2022), dicha encuesta busca contestar preguntas relacionadas con cuanto obtenemos como ingresos, de donde vienen estos y como los complementamos, sino también nos dice como gastamos y en qué.


Es tan extensa la información presentada que esta encuesta solo puede aplicarse cada dos años, es una fotografía de nuestros comportamientos económicos básicos, que nos permite entender porque tenemos los resultados macroeconómicos actuales, principalmente en países en donde el consumo de los consumidores es predominante en la integración del crecimiento económico como el nuestro.


Empecemos señalando que, de acuerdo con el registro, el ingreso trimestral promedio de las familias en México en zonas urbanas, durante este periodo, fue de 67,311 pesos, es decir, 22,437 pesos por hogar (en promedio) al mes, y 43,096 pesos trimestrales para las familias que viven en zonas rurales.


Por otro lado, el gasto promedio trimestral de las familias en nuestro país fue de 60, 263 pesos, es decir, 20,087.66 pesos en promedio al mes que distribuimos en dos grandes categorías: gasto corriente, es decir, el gasto constante que hacemos mes a mes en la adquisición de bienes y servicios, en donde destinamos 84.5 de cada 100 pesos que gastamos en promedio, mientras que los 15.5 pesos restantes los destinamos a la compra de bienes muebles e inmuebles, reparaciones o remodelaciones en el hogar o el negocio, así como el pago de tandas, cuentas de ahorro, cajas de ahorro, etc.


Si bien este dato es superior al registrado en el 2020 (con el inicio de la pandemia) en donde de cada 100 pesos, 83.2 lo utilizamos para la compra de bienes y servicios y 16.8 al ahorro y servicios financieros, impactados fundamentalmente por el periodo de confinamiento, redondeando el dato, nuestro consumo creció más de un 17% del 2020 al 2022.


El dato es tremendamente relevante, ya que el comportamiento de la inflación se debió a un fuerte crecimiento de la demanda en un momento en donde no había suficiente oferta de bienes y servicios en el mundo.


En cuanto a los rubros, los alimentos, las bebidas y el tabaco crecieron un 16% del 2020 al 2022, estoy segura de que esta cifra no le sorprende, ya que en el momento en el que las familias entraron en confinamiento, creció la ingesta de alimentos y bebidas en casa.


Pero el rubro que mayor crecimiento tuvo en términos de gasto durante este periodo, a pesar de la alza tan importante de los alimentos y de las causas del confinamiento, no fue la categoría de salud, sino la de educación. Tan solo del 2020 al 2022, nuestro gasto familiar se incremento más 49.7%, esta cifra puede explicar parcialmente el enorme abandono escolar de millones de niños, niñas y jóvenes durante la pandemia, padres de familia hicieron un enorme esfuerzo por contratar clases de matemáticas, de español, ingles, etc. para reforzar los conocimientos adquiridos en entornos tan adversos.


El segundo rubro de mayor crecimiento fue también vestido y calzado y es que después de dos años de pandemia en donde la regla de vestir fue entre menos mejor, al iniciar el proceso de desconfinamiento y con la apertura de las tiendas y el regreso a la presencialidad, los consumidores aprovecharon todos los remates y ofertas del regreso a la normalidad.


Transporte y comunicaciones fue otra categoría que creció en mas de un 20%. El obligado home office para los oficinistas, ejecutivos, profesores, estudiantes, etc. sumó una presión adicional a la demanda de dispositivos digitales que permitieran acceder a todas las plataformas que ayudaron a mantener la cercanía a pesar de la obligada distancia que todos debíamos guardar.


Finalmente quiero hablar de las sorpresas, al menos para una servidora, durante meses pensé que nuestro gasto en salud había tenido un incremento considerable y consumiría un porcentaje vital de nuestros ingresos, pero no fue el caso, si bien durante el periodo del 2018 al 2022 el gasto en salud de los mexicanos se llevo 30.9 de cada 100 pesos, en el caso del periodo concreto del 2020 al 2022, ese gasto fue de -6.8, es decir, de apenas 24.1 pesos de cada 100. Lo anterior puede tener múltiples causas, una de ellas es que a pesar de las complicaciones de la pandemia, el confinamiento y la restricción social también redujeron drásticamente las visitas al médico, muchas de ellas incluso estacionales como la influenza.


Otra explicación teórica a estos cambios en el gasto familiar en el rubro de salud, también se encuentran en el constante desabasto y los múltiples problemas por los que ha atravesado el sector público, sobre todo a partir de la desaparición del seguro popular, lo que significó un mayor gasto familiar que antes veía cubierta esta necesidad a través de los centros médicos sociales.


Por último, pero de una inmensa importancia, al dividir a la sociedad en grupos de 10% (deciles) y con ellos categorizarlos de acuerdo a sus tamaños de ingreso (y gasto), la encuesta nos muestra que el 30% de la población con los ingresos más bajos tuvo incrementos promedio de 12.5%, gracias en buena medida a las remesas que son las que complementan el gasto de millones de familias de estos segmentos, mientras que la población de los 3 niveles más altos de ingresos incrementaron su gasto en 18.46%.


Los resultados de la encuesta nos revelan información sumamente valiosa para hacer análisis e inferencias y saber como nos encontramos en momentos muy concretos con sus peculiaridades, la teoría económica parte del principio de que nuestro comportamiento en función de ingresos y gastos esta determinada por una tiránica restricción presupuestal, es decir, por la cantidad de ingresos de los que disponemos para satisfacer nuestras necesidades y deseos, por lo que a mayor presupuesto, no solo podemos comprar más bienes y servicios de todas o algunas categorías, también podemos mejorar nuestra experiencia de compra y por ende elevar nuestro bienestar.