La constitución ha muerto

Arturo Argente

La constitución ha muerto

“El hijo del Ahuizote” fue un periódico satírico fundado en 1885 por Daniel Cabrera Rivera y Manuel Pérez Bibbins. Durante esta época se caracterizó por su oposición al régimen de Porfirio Díaz a través de la difusión de caricaturas, esto desató una fuerte represión contra la prensa independiente que se atrevía a cuestionarlo. Muchos periodistas fueron asesinados o encarcelados, las publicaciones eran suspendidas y las imprentas, clausuradas o destruidas. Esto convirtió a “El hijo del ahuizote” en una de las semillas que dieron origen a la Revolución mexicana.


Un caso ejemplificativo se dio en 1903, los redactores de este periódico enlutaron las paredes exteriores de su local en el centro de la capital de la república y colocaron un letrero que decía “la constitución ha muerto”, posaron vestidos de luto en señal de duelo. De esa forma desafiaban al gobierno, la política de conciliación con el clero, la traición al ideario liberal de la constitución de 1857 y las múltiples reelecciones de Porfirio Díaz. También este periódico recurría a la sátira política para ridiculizar a Díaz y sus funcionarios.


En la segunda etapa del siglo 19 e inicios del siglo 20, México se distinguía por la lenta construcción de las instituciones, el duelo mortal de las ideologías, el fin de las intervenciones extranjeras, el aprendizaje de la tolerancia, la formación de los hábitos republicanos, la codicia de las compañías norteamericanas e inglesas, el desbarajuste de la economía y la lucha por el poder. Era una sociedad en ciernes donde no había espacio para los indígenas y los campesinos, existían altos niveles de analfabetos y es, en ese contexto, que la caricatura se convertía en el espacio de representación social por excelencia en la crítica más aguda en el género de mayor alcance en una sociedad analfabeta como la mexicana.


Ahí están los diálogos de la política transitando entre lo público y lo privado, el humor como libertad tomada para mostrarnos sus matices y que empiezan a consolidar una nación que permite la crítica y el acceso al sentir de una población que era variada. La fuerza de la caricatura radica en que es comprendida e incómoda para el poder, fomentó la fuerza creciente de los ideólogos de la Revolución, llegó a las grandes masas analfabetas hablándoles en su mismo lenguaje, explotando el sentimiento por medio de imágenes de fácil comprensión. En 1902, “El hijo del Ahuizote” fue arrendada por los hermanos Flores Magón, en los tiempos de la dictadura de Porfirio Díaz se podía encarcelar a los periodistas sin orden de aprehensión. El 28 de marzo de 1914, “El hijo del Ahuizote” desaparece, dando fin a una larga vida combativa al régimen y la ideología oficial del porfirismo.


¿Qué postura adoptaría “El Hijo del Ahuizote” al atestiguar los abusos que enfrentamos en la actualidad, como los casos de las pensiones y la suspensión del juicio de amparo?  ¿Habría silencio y comparsa ante tal atropello? “El hijo del ahuizote” fue la diferencia entre las sociedades con gobiernos autoritarios y en la conformación de una democracia en la que podemos optar entre el dialogo y la ofensa, entre el debate y la indiferencia.


El poeta español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana decía “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Es necesario entender que la libertad de prensa es la piedra angular de las sociedades democráticas y que, sin un debate de ideas, sin hechos comprobados y sin diversidad de perspectivas, la democracia es solo una sombra de sí misma. Es una verdadera tragedia ver que nuestra Constitución ha muerto.