Limitarianismo y la libertad para generar  (y acumular) riqueza

Cynthia Valeriano

Limitarianismo y la libertad para generar (y acumular) riqueza

En el mundo contemporáneo, la desigualdad económica se ha convertido en un tema de creciente preocupación, ya que mientras algunos acumulan inmensas riquezas, otros luchan por satisfacer necesidades tan básicas como la alimentación. Ante esta situación, ha surgido un debate sobre la pertinencia de establecer límites a la riqueza como una forma de abordar la desigualdad económica.


La principal razón para establecer límites a la riqueza es reducir la brecha entre los más ricos y los más pobres. Se argumenta que la desigualdad económica extrema es perjudicial para la cohesión social y puede generar tensiones y conflictos, por lo que limitar la acumulación de riqueza permitiría redistribuir los recursos de manera más equitativa y garantizar que todos los miembros de la sociedad tengan acceso a oportunidades justas.


Aquellos a favor de establecer límites a la riqueza argumentan que los individuos más ricos tienen una mayor responsabilidad social hacia aquellos menos afortunados. En un mundo donde la pobreza persiste, se sostiene que los ricos deberían asumir una mayor carga para ayudar a combatirla. Establecer límites a la riqueza sería una forma de promover la solidaridad y la responsabilidad compartida.


Para enfrentar el grave problema de la pobreza y la inequitativa distribución de la riqueza las sociedades modernas han implementado toda clase de políticas económicas que buscan llevar a cabo un mejor proceso de redistribución de ésta, sin embargo, científicos como la Dra. Ingrid Robeyns dice que estás políticas no han funcionado ni funcionarán porque las grandes fortunas son un poder demasiado grande para las democracias. Sostiene que la extrema riqueza no genera problemas, sino que “es” el problema.


Un paper de 2017 titulado “Tener demasiado” resume bien sus ideas. Su planteamiento central es que, en el mundo real, el cielo no puede ser el límite. En el mundo real con democracias que requieren equilibrios de poder y con recursos naturales sobreexplotados, el límite tiene que estar mucho antes. Así como hay una línea de la pobreza bajo la cual nadie debiera estar, Robeyns propone una línea máxima de riqueza.


La teoría de Robeyns se denomina “limitarianismo” y arranca de un esfuerzo por pensar cómo repartir los recursos escasos de una manera ética y justa, para proteger la igualdad en política y enfrentar los desafíos que impone el cambio climático y la pobreza. No entiende la riqueza como algo negativo; pero sí su acumulación excesiva, es decir la codicia.


La pregunta pertinente en esta discusión entre libertad y limitarianismo es, de existir, ¿cuál debería ser el límite?, si bien es una pregunta que hasta el momento no ha tenido respuesta, se parte de la idea de que cada sociedad pueda cuantificar el costo de las “condiciones de vida aceptables social y económicamente hablando.


En el 2019, se llevó a cabo una encuesta en Holanda con la finalidad de evaluar la idea de establecer límites a la riqueza y que tanto consenso social podía tener la propuesta. En una muestra representativa, el 96,5% de los holandeses estuvo de acuerdo con la colocación de un límite a la cantidad de dinero que una persona debe tener, la cantidad fijada en ese entonces entre 2 y 3 millones de euros, está vinculada con un determinado estándar de vida.


Sin embargo, algunos argumentan que establecer límites a la riqueza, desincentivaría la innovación y el espíritu emprendedor, ya que la acumulación actúa como un gran incentivo para que las personas tomen riesgos y desarrollen ideas que benefician a la sociedad en su conjunto.


De igual forma, limitar la riqueza también plantea cuestiones éticas y de derechos de propiedad. Algunos sostienen que las personas tienen derecho a disponer de sus ingresos y bienes adquiridos legítimamente como mejor les parezca, por lo que establecer límites a la riqueza podría ser considerado una violación de estos derechos fundamentales y una intrusión injustificada en la esfera privada.


Lo cierto es que son aún incipientes los estudios realizados para analizar y determinar no sólo como se construye la riqueza individual en el mundo y su contribución en el desarrollo de conocimiento e innovación, en la riqueza nacional (PIB), el empleo y otros indicadores, sino que clase de efectos y distorsiones puede generar en los entornos de mercado, las regulaciones y la concentración, la relación existente entre acumulación y satisfacción/felicidad desde la perspectiva de la realización personal. El tema apenas comienza a desplegar una serie de dudas sobre si debería existir, en un mundo dominado por las leyes del libre mercado, un tope a la acumulación individual que nos permita distribuir de forma más eficiente los beneficios del comercio y mejorar las condiciones de participación y competencia que nos ayude a construir sociedades más equitativas y justas, lo cierto es que, a partir de la evaluación de los efectos que las recesiones económicas tienen, incluso en las economías más avanzadas, no se descarta la discusión.


MGPP Cynthia Valeriano López
Profesora de Economía
Tec de Monterrey, Campus Toluca
cvaleriano@tec.mx