¿Primero los pobres?

Cynthia Valeriano

¿Primero los pobres?

Una de las narrativas paradigmaticas del actual gobierno, ha sido la colocación de la población en condiciones de pobreza en nuestro país, en el “centro” del programa político y de gobierno. Sin duda una decisión indispensable e impostergable si queremos pensar en una estrategia de crecimiento económico de largo aliento para nuestro país, con una distribución de la riqueza más justa y mejores oportunidades de desarrollo para los mexicanos.


Aunque existen múltiples formas de analizar la cuestión, en esta ocasión me referiré a los costos de la vida a los que nos enfrentamos todos los habitantes de este país y que determinan no sólo nuestra posibilidad de cubrir nuestras necesidades más apremiantes, sino la capacidad financiera para alcanzar un “estado de vida aceptable”.


El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), publicó recientemente el Informe de evolución mensual del valor monetario de la Línea de la pobreza extrema por ingresos, al cierre de mayo del 2023. En este informe, CONEVAL a partir de una metodología muy rigurosa, identifica el valor de la canasta alimentaria mensual por persona, ya sea en el ámbito rural o urbano y a partir de este, establece dos líneas de pobreza: la pobreza extrema que cuantifica el número de personas que cuentan con los ingresos necesarios para pagar el costo de una canasta alimentaria, en donde se encuentran aquellos productos básicos presentes en la mesa de un mexicano promedio, y la línea de la pobreza por ingresos que establece el costo de una canasta alimentaria y no alimentaria por cubrir para satisfacer toda clase de necesidades de los individuos.


Con esta metodología, lo que hace CONEVAL es identificar, cuantas personas se encuentran sobre las líneas de la pobreza y por ende se encuentran en un riesgo latente de no poder cubrir sus necesidades básicas, encima de las líneas y por ende alcanzan un “estado de vida aceptable” con bajos riesgos en la medida en la que sus ingresos amplian la brecha de distancia con respecto a las líneas ó, por debajo de estas y por lo tanto se encuentran en condiciones de “subsistencia”.


El dato publicado al corte de mayo del 2023, sitúa el costo de la canasta alimentaria y por ende, la construcción de la línea de la pobreza extrema (ya que quienes se encuentren sobre o por debajo de esta no tienen los recursos necesarios ni siquiera para comer adecuadamente) en un umbral de 1,666.33 pesos por persona al mes, si el individuo vive en zonas rurales y en 2,177.45 pesos mensuales por persona en zonas urbanas (CONEVAL, 2023).


Pero para dimensionar adecuadamente el dato, necesitamo tener un dato contra el cuál contrastar y si analizamos el valor de la canasta alimentaria (o el establecimiento de la línea de la pobreza extrema) para el mismo mes pero del 2018, encontraremos un incremento en el costo de la alimentación del 46% en zonas rurales y del 44.7% en zonas urbanas, sólo en 5 años.


Por supuesto si el contraste nos parece desproporcionado, quizá valdía la pena compararlo con el mes de mayo pero del 2022, cuando la inflación comenzó su fase ascendente, aunque no había alcanzado el punto más alto de los últimos 6 años, para entonces ya mostraba un incremento de 9.3% para las zonas rurales y 9.8% para las zonas urbanas.


Por otro lado, el mismo CONEVAL también incorpora el valor de la canasta no alimentaria integrada por conceptos como el gasto en transporte público, articulos de limpieza, educación, cuidados personales, entre otros, para con ello construir la segunda línea conocida como “de pobreza por ingresos”, encontramos que para el mes de mayo, el valor de la canasta alimentaria y no alimentaria es de 3,090.81 pesos mensuales por persona en zonas rurales y 4,279.50 pesos por persona al mes en zonas urbanas.


Aunque el dato de ingresos minimos por persona es tremedamente útil para evalúar, en promedio, como nos encontramos los mexicanos, lo ideal es utilizar una métrica de “hogares” haciendo referencia al gasto minimo mensual por hogar, considerando una familia promedio de 4 integrantes, a fin de determinar y por ende evalúar las condiciones socioeconómicas prevalecientes en la actualidad, lo que implicaría que para que una familia durante el mes de mayo del 2023, pudiera satisfacer todas sus necesidades, debería tener un ingreso promedio mensual de 12,363.24 pesos en zonas rurales y 17,118 pesos por hogar para vivir en promedio, en la ciudad, por lo que si en su hogar tienen un ingreso superior a este monto al mes, considerando el valor de la inflación al cierre de este mismo período, es usted de los afortunados que han librado la estadistica de la pobreza por ingresos.


Finalmente ¿que tan grave es el problema de la pobreza por linea de ingresos o por pobreza extrema en México?, pues a reserva de utilizar los datos más recientes y que aún no da a conocer el INEGI, de acuerdo con la Encuesta Ingreso-gasto de los hogares 2020, podemos deducir que aproximadamente 35.7 millones de hogares en nuestro país (casi el 40%) tiene ingresos por debajo de ambas lineas.


La misma encuesta nos muestra como se componen los ingresos promedio de las personas en nuestro país, de ahí se desprende que el 8.3% del ingreso total, principalmente de los hogares más vulnerables, obtienen recursos a partir de las transferencias de recursos, de las cuales el 50.4% provienen de programas gubernamentales, es decir, apoyos, subsidios, becas, etc. Dicho porcentaje, no alcanza a compensar la perdida de ingresos a causa del incremento en el costo de la vida de los últimos años.


Aunque se trata de datos estadisticos, no podemos dejar pasar de largo, lo que ha significado para más de 14 millones de hogares el incremento en el costo de la vida, que ha provocado que del 2020 a la fecha se hallan incorporado más de 4 millones de personas a la linea de pobreza por ingresos, de acuerdo con cifras del CONEVAL.


Como corolario podemos decir con toda contundencia, que a pesar de “colocar” a los más pobres en el centro de la discusión, es dificil mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos, si la inflación no desciende de forma importante, si el costo de la canasta no retrocede, lo sucedido en los últimos años no es adecuadamente reflejado por la estadistica, la perdida de calidad de vida de las personas no es una idea cualquiera, es una terrible consecuencia de una política social mal entendida, que en el mejor de los casos, atenúa la perdida de ingresos, pero que al final, no lo resuelve.