Imagogenia

Opinión y Análisis 

Las marchas que se llevaron a cabo el pasado domingo 26 de febrero en contra de la reforma electoral mejor conocida como “Plan B”, que defiende al Instituto Nacional Electoral (INE), han dado mucho de qué hablar, las imágenes de miles de mexicanos congregados con un mismo objetivo en diferentes puntos de la República han sido abrumadoras, a tal grado que medios internacionales retomaron el tema como uno de tal importancia que las imágenes fueron portada de las ediciones del día lunes. Evidentemente esto, no le causó gracia al presidente, Andrés Manuel López Obrador quién percibió esta movilización como una que directamente atenta contra él y su gobierno, tanto así que es un tema que ha decidió retomar, y darle agenda, en todas las mañaneras de esta semana.

Y es que, López Obrador sabe que las movilizaciones de este tipo afectan su imagen porque de alguna forma -o de varias- lo hacen ver como un personaje que está actuando en contra de la voluntad social, por eso mantiene en su discurso la confrontación, argumentando que son los menos, que forman parte del conservadurismo, que no les acomoda la transformación porque son corruptos, entre otros. 

AMLO no ha escatimado en la broma, la crítica y el señalamiento hacia el movimiento en contra de su reforma, sin embargo lo interesante aquí es que a pesar de que desestimó su importancia al decir que “tienen que mover más gente” y que él llenó el zócalo “60 veces”, entre otros argumentos, reconoció -muy a su estilo- que este es un acto “en el fondo, bueno para el país” y que deben seguirlo haciendo pues aún no tienen la capacidad de convocatoria de su partido – o de él-, aunque, como es su costumbre, después recalcó que deben estar atentos a lo que pasará el 18 de marzo, casi como una advertencia, cuando habrá un evento masivo en la Plaza de la Constitución en conmemoración del 85 aniversario de la expropiación petrolera; vamos, él no se puede quedar atrás.

Lo cierto aquí es que sean 500 mil, 90 mil o 100 mil personas las que se congregaron los videos y fotografías de los manifestantes vestidos de rosa coreando “El INE no se toca” o usando pancartas con consignas tan interesantes como diversas, dieron la vuelta al mundo a través de diversos medios, como una expresión pública en defensa de la democracia.

Lamentablemente, aunque este tipo de actos merman un poco la imagen del presidente y su partido, no son suficientes para frenar el poder que hoy tienen; y es que, si somos honestos no existen en la oposición figuras públicas que puedan hacer frente a la avalancha que es Morena y al cúmulo de personajes públicos dentro de este partido con un posicionamiento de su imagen destacado, ya sea de forma positiva o negativa, y para muestra bastarán las próximas elecciones en el Estado de México.

Doctoranda en Imagen Pública

Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
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