Imagogenia
Opinión de Martha Nava
La imagen pública de los pilotos de la F1 es un tema fascinante y es que con el regreso de Sergio “Checo” Pérez a las pistas este es, quizá, el ejemplo más contundente de cómo una figura puede trascender la pista y convertirse en un activo invaluable para marcas, escuderías y, por supuesto, para toda una nación. Su reciente anuncio de incorporación a Cadillac F1 en 2026 no es únicamente un movimiento deportivo; es también un acontecimiento de imagen que demuestra cómo la reputación y el carisma de un piloto pueden catalizar conexiones emocionales de gran alcance.
Hablar de Checo Pérez es entender que la reputación y el valor de marca que tiene hoy, es una mezcla de muchos factores que considera desde su carisma hasta los resultados en pista. Tras su salida de Red Bull, lejos de apagarse, su marca personal se mantuvo sólida gracias a todos estos elementos, que consideran desde: una trayectoria impecable, una habilidad bastante certera para atender preguntas y posicionar sus posturas y, a su vez, mantener una relación transparente con el público. Esto explica por qué, incluso en su año de pausa, marcas globales como Heineken, McDonald’s, Nescafé o Kit Kat continuaron apostando por él, porque ciertamente no estaban invirtiendo únicamente en un piloto, sino en su imagen integral y el potencial de conexión emocional que tiene con una audiencia muy amplia.
La incorporación de Checo a Cadillac no puede analizarse sin considerar la importancia del mercado mexicano en el ecosistema de la Fórmula 1. México es, desde hace años, una de las plazas más rentables y los datos lo respaldan: entre 2015 y 2023, el Gran Premio de México generó más de 137 mil millones de pesos en derrama económica, y de 2025 a 2028 se esperan ingresos superiores a los 92 mil millones. Pero detrás de esas cifras hay un factor clave: Checo Pérez. Su sola participación asegura estadios llenos -nada menos el Gran Premio de la Ciudad de México rompió récords de asistencia, con 400,639 aficionados en 2023-, audiencias televisivas masivas y un consumo sostenido de productos relacionados con la F1, pero especialmente con el piloto. Su imagen ha convertido al deporte en un espectáculo cultural en México, donde la pasión rebasa el ámbito automovilístico para convertirse en un fenómeno social.
Ahora, Cadillac entendió el fenómeno que es Pérez. Y es que, a pesar de ingresar a la Fórmula 1 respaldados por General Motors y Ferrari, lo cual les da un respaldo importantísimo, saben que para conquistar audiencias se necesita un rostro con credibilidad, experiencia y magnetismo, y Checo cumple con todas las variables; aunado a que es piloto con más de 280 grandes premios a sus espaldas, un embajador nato para abrir el mercado latinoamericano y reforzar el estadounidense. Por eso, no cabe duda de que su fichaje es estratégico en términos deportivos y de imagen pública, porque Cadillac no busca únicamente puntos en la clasificación, busca relevancia cultural, conexión emocional y visibilidad sostenida.
Aquí, la ecuación es clara: mientras Cadillac gana legitimidad y alcance inmediato en mercados estratégicos como México y Estados Unidos, Checo amplifica su legado al convertirse en el rostro de un proyecto que apuesta por la capacidad de emocionar y conectar con nuevas audiencias. Pues, además de su sueldo, estimado entre 16-17 millones de dólares anuales, Checo será embajador global de Cadillac, reforzando la estrategia de la marca de posicionarse más allá de lo deportivo y entrar en la conversación cultural y de consumo
Al final, el regreso de Checo fortalece su legado deportivo, y le permite trascender en su relación con la Fórmula 1 y seguir presente para el público mexicano. La renovación del Gran Premio en la Ciudad de México hasta 2028 confirma que el país seguirá siendo una plaza importante pero, sobre todo, que la presencia del piloto tapatío es clave para que, este evento, se mantenga como uno de los favoritos de la audiencia mexicana. Por eso Checo Pérez, para Cadillac no es sólo un corredor, es un activo que multiplica audiencias, y permite el posicionamiento de la marca más allá de las pistas.
Doctoranda en Imagen Pública
Directora π en SCIO Group
Ex godín Gubernamental
Fisgona por naturaleza y delirante por la imagen
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