MARCELO, EL ADULADOR...

Arturo Argente

MARCELO, EL ADULADOR...

John Locke fue un filósofo y médico inglés, considerado como uno de los más influyentes pensadores del empirismo inglés y conocido como el “Padre del Liberalismo Clásico”. Locke realizó una importante contribución a la teoría del contrato social. Su trabajo afectó en gran medida el desarrollo de la epistemología y la filosofía política.


En el siglo 17, John Locke pensó ampliamente en cómo la adulación pervierte la acción política y esta inquietud le nace en una época en la que se cuestionaba la existencia de las monarquías absolutistas que dominaban Europa y que tenían un sistema de aduladores de la corte que representaban una conducta miserable, y que su conducta era igual de miserable a la del adulado. Según Locke, los aduladores tienen un deseo desmedido por el poder, y por ende desestabilizan un régimen de poderes limitados. La adulación es un tipo de "abuso de confianza" en el que el adulador induce el engaño al adulado, atribuyéndole capacidades o virtudes de las que carece con el fin de ganar su confianza y obtener alguna ventaja.


Sorprendente, estas reflexiones de hace cuatro siglos siguen estando vigentes, y la adulación sigue siendo esa herramienta que sirve para hacer política. El caso más evidente y dramático se dio con la desesperación que emana de Marcelo Ebrard por quedar bien con el presidente y que irónicamente ignoró el llamado del Instituto Nacional Electoral (INE), pues comenzó con propuestas electorales al plantear la creación de la Secretaría de la Cuarta Transformación, la cual buscaría vigilar la continuidad del gobierno de Andrés Manuel López. El ex canciller Marcelo Ebrard propuso que de ganar la Presidencia en 2024, crearía “la Secretaría de la Cuarta Transformación” y adelantó que estaría encabezada por Andrés Manuel López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador y mejor conocido como ”Andy”.


Esta propuesta refleja un nivel de degradación moral inaceptable, todo con el simple objeto de lograr ser candidato del oficialismo, cueste lo que cueste y esto se suma a una serie de actitudes que reflejan un problema demasiado añejo y muy frecuente en el sistema político en México. Lo cierto, es que la realidad del país necesita de una clase política que quiera pensar y resolver problemas y no hacer sentir bien al jefe supremo. Un buen líder se rodea de gente que entiende de temas complejos y que puedan aconsejarlo con franqueza para que puedan decir cuando es necesario tomar un camino diferente, nada es más sabio que cambiar de opinión.


Sin duda, entre todos los desafíos que enfrentan la democracia mexicana, la adulación es especialmente frecuente y dañina y que se ha convertido en una costumbre común entre quienes hacen política. Así, se precisa la importancia de la capacidad ciudadana para desestimar las adulaciones, que se desprenden de nuestros vicios políticos y que son inaceptables. Es necesario darle cabida al pensamiento de Locke, con el objeto de construir y el mantener un régimen limitado, basado en los contrapesos y que promueva la libertad.


 


Dr. Arturo Argente Villarreal
Escuela de Derecho
Tec de Monterrey
Campus Toluca.