Con la sociedad civil

Oscar Glenn

Con la sociedad civil

Con la animadversión que el Presidente ha mostrado hacia la sociedad civil, poca gracia y poco caso puede generar el pronunciamiento que varias ONG´s emitieron para que no “militarice” la Guardia Nacional, sino que se apegue a lo que los legisladores aprobaron y se integre una corporación verdaderamente civil.

Las primeras acciones encargadas al Ejército para integrarla, como el reclutamiento de los nuevos elementos, son las que han inquietado a las organizaciones ciudadanas y por ello piden que recapacite el Ejecutivo, pues aún está a tiempo y no debería enrarecer el ambiente, formando una corporación militar, ni justificando sus decisiones en su popularidad, menos validar un solo paso por encima de la Ley.

Pero el mandatario parece gustar más de “hacer caso¨” a los grupos de la sociedad que aclaman sus decisiones a mano alzada, como ocurrió en Poza Rica, Veracruz; o a los que están esperanzados en el cambio que personifica cueste lo que cueste y que es válido, pero no debería ser excluyente.

La circunstancia provoca una sensación de impotencia entre las organizaciones no gubernamentales, que ven reducidas sus posibilidades de ser escuchadas, no para que se les asignen recursos, sino para que se consideren las opiniones de quienes se han dedicado a estudiar fenómenos sociales y formular propuestas sustentadas en análisis y conocimiento experto, que permitiría en muchos casos evitar pifias.

La sociedad civil organizada tiene un trayecto largo y sinuoso en este sexenio, pero no puede desistir en su lucha, hoy menos que nunca, pese a que el Presidente haya emitido una descalificación generalizada y le dirija el repudio de toda la gente que cree en él, de tal manera que cualquier causa que abanderen estas organizaciones, enfrentará grandes corrientes de opinión adversas.

La situación que hoy vemos, debería provocar que nos cuestionáramos a qué tipo de “Democracia Participativa” podemos llegar en México, sin la presencia de la sociedad civil organizada, desactivando a priori los intentos de cuestionamiento o evaluación de políticas y acciones de gobierno.

Se dijo que en este sexenio, el Ejecutivo no sería más el poder de los poderes, como también se ha repetido que al margen de la Ley nada y por encima de la Ley nadie, pero pensemos ¿se ha cumplido totalmente?

Hoy lo que se pide es el apego a la Ley por principio para integrar la Guardia Nacional y enfrentar un problema que duele a los mexicanos tomando la posibilidad de escuchar, valorar y enmendar si fuera necesario. Ojalá veamos las muestras de apertura, congruencia e integridad en todos los frentes.