Mire usted, por la terrible inseguridad en la que vivimos, la gente, bueno, algunos, han entrado en un proceso de psicosis constante, y debido a la precaria e inútil acción de la policía, sobre todo la municipal, se han refugiado en las redes sociales pero, cuidado, lo dijo Umberto Eco: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas, que antes hablaban sólo en bares después de echarse un trago, y no dañaban a nadie pero hoy, tienen el mismo derecho de hablar que un premio Nobel, y lo hacen sin conciencia, de manera irresponsable. Es la invasión de los imbéciles".
Así como se opina, también se desacredita y se acusa. Y quien lee, quien escucha o ve y no tiene ni un ápice de sensibilidad o humanidad, que carece de un respaldo crítico y tiene más bien ignorancia, difunde sin indagar las causas que llevan a alguien a ser acusado.
No caigamos en eso. Pareciera que al hacer difusión de una mentira, nos lavamos las manos. Nada más imprudente. Y es que cuando se publica con nefastos fines, pidiendo que la gente juzgue, entonces lo que estamos haciendo es herir bajo la defensa de la ligereza del ser humano castigador y poderoso, que habita en el amparo del anonimato de una red social.
Y así, con tamaña infamia se puede hasta destruir una vida, a una familia y a un ser humano. Se puede reír de su "bromita", puede incluso ocultarse en la cobardía, y puede, a través de la internet, ser parte de esa legión de idiotas que hacen de las redes sociales, una peligrosa arma para herir a alguien…
Hoy, entre aprobación de castrenses iniciativas, y consultas populares divertidas, llevamos al país al borde de la anarquía. Cuidado, mucho cuidado… Mi twiter @raulmandujano.
Así como se opina, también se desacredita y se acusa. Y quien lee, quien escucha o ve y no tiene ni un ápice de sensibilidad o humanidad, que carece de un respaldo crítico y tiene más bien ignorancia, difunde sin indagar las causas que llevan a alguien a ser acusado.
No caigamos en eso. Pareciera que al hacer difusión de una mentira, nos lavamos las manos. Nada más imprudente. Y es que cuando se publica con nefastos fines, pidiendo que la gente juzgue, entonces lo que estamos haciendo es herir bajo la defensa de la ligereza del ser humano castigador y poderoso, que habita en el amparo del anonimato de una red social.
Y así, con tamaña infamia se puede hasta destruir una vida, a una familia y a un ser humano. Se puede reír de su "bromita", puede incluso ocultarse en la cobardía, y puede, a través de la internet, ser parte de esa legión de idiotas que hacen de las redes sociales, una peligrosa arma para herir a alguien…
Hoy, entre aprobación de castrenses iniciativas, y consultas populares divertidas, llevamos al país al borde de la anarquía. Cuidado, mucho cuidado… Mi twiter @raulmandujano.