Desde el Sótano
Mire Usted, hoy, si hoy, ya no deberíamos estar hablando de la Reforma Eléctrica, ya no; pero ¿por qué insiste la dirigencia de Morena? ¿Tanto le “ardió” a su líder Mario Delgado que, inició una campaña de revancha, y venganza para que todos conozcan a los traidores a la patria? Preocupado debería estar él, Delgado, porque esta supuesta derrota evidenció que la Cuarta Transformación, ya le está aburriendo a los ciudadanos, se están cansando de tanta mentira y demagogia, de la incapacidad política para negociar, acordar, para transitar por beneficios para el país. Y Mario Delgado tiene culpa en ello.
Recuerdo una referencia del escritor español, Fernando Savater, que citaba la orden de fusilamiento de los ejércitos en batalla durante las guerras civiles ¿recuerdan?: “¡Preparen, apunten, fuego!”. Savater creía que esa orden la tienen los gobiernos de izquierda actuales. Quieren fusilar a sus opositores cuando las cosas no les funcionan, como la Reforma eléctrica, que se construyó bajo la prepotencia del poder y la argucia del discurso, por eso no avanzó, y desde la herida abierta, ahora les nació la frustración y por ende, un discurso violento. Las palabras pueden dañar y, desde palacio, también desde Iztacalco, se incita a la gente a tomar decisiones, y eso es peligroso. ¡Cuidado!
En otros tiempos, decir que eras un traidor a la patria, significaba la pena de muerte. ¿Sabe Usted a quienes, por traidores a la patria, se les fusiló? Miguel Hidalgo y Costilla, en 1811; Ignacio Allende, Juan Aldama, José María Morelos y Pavón, este en Ecatepec, en 1815, Agustín de Iturbide en 1824, y en 1831, Vicente Guerrero; todos ellos hoy, considerados héroes de México.
Por fortuna vivimos otros tiempos, y si bien, nuestra ley no contempla la pena capital, las consecuencias de llamar a alguien traidor a la patria, no se deberían tomar tan a la ligera, menos ahora, en tiempos de frustración y encono político.
El artículo 123 de la Constitución señala cárcel de hasta 40 años de prisión, y multa de hasta 50 mil pesos, a quien cometa traición a la patria. Los legisladores han sido acusados de ello, y si al votar contra la iniciativa presidencial, incurrieron en una violación al 123, debería procederse en su contra. Pero claro, es si acaso imposible, no hay pruebas, pero la demagogia, las palabras y las malas intenciones, podrían hacer nicho en el resentimiento social. Insisto, debemos tener cuidado con los corajes y las frustraciones porque, son malas consejeras…
Mi Twitter @raulmandujano
Mire Usted, hoy, si hoy, ya no deberíamos estar hablando de la Reforma Eléctrica, ya no; pero ¿por qué insiste la dirigencia de Morena? ¿Tanto le “ardió” a su líder Mario Delgado que, inició una campaña de revancha, y venganza para que todos conozcan a los traidores a la patria? Preocupado debería estar él, Delgado, porque esta supuesta derrota evidenció que la Cuarta Transformación, ya le está aburriendo a los ciudadanos, se están cansando de tanta mentira y demagogia, de la incapacidad política para negociar, acordar, para transitar por beneficios para el país. Y Mario Delgado tiene culpa en ello.
Recuerdo una referencia del escritor español, Fernando Savater, que citaba la orden de fusilamiento de los ejércitos en batalla durante las guerras civiles ¿recuerdan?: “¡Preparen, apunten, fuego!”. Savater creía que esa orden la tienen los gobiernos de izquierda actuales. Quieren fusilar a sus opositores cuando las cosas no les funcionan, como la Reforma eléctrica, que se construyó bajo la prepotencia del poder y la argucia del discurso, por eso no avanzó, y desde la herida abierta, ahora les nació la frustración y por ende, un discurso violento. Las palabras pueden dañar y, desde palacio, también desde Iztacalco, se incita a la gente a tomar decisiones, y eso es peligroso. ¡Cuidado!
En otros tiempos, decir que eras un traidor a la patria, significaba la pena de muerte. ¿Sabe Usted a quienes, por traidores a la patria, se les fusiló? Miguel Hidalgo y Costilla, en 1811; Ignacio Allende, Juan Aldama, José María Morelos y Pavón, este en Ecatepec, en 1815, Agustín de Iturbide en 1824, y en 1831, Vicente Guerrero; todos ellos hoy, considerados héroes de México.
Por fortuna vivimos otros tiempos, y si bien, nuestra ley no contempla la pena capital, las consecuencias de llamar a alguien traidor a la patria, no se deberían tomar tan a la ligera, menos ahora, en tiempos de frustración y encono político.
El artículo 123 de la Constitución señala cárcel de hasta 40 años de prisión, y multa de hasta 50 mil pesos, a quien cometa traición a la patria. Los legisladores han sido acusados de ello, y si al votar contra la iniciativa presidencial, incurrieron en una violación al 123, debería procederse en su contra. Pero claro, es si acaso imposible, no hay pruebas, pero la demagogia, las palabras y las malas intenciones, podrían hacer nicho en el resentimiento social. Insisto, debemos tener cuidado con los corajes y las frustraciones porque, son malas consejeras…
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