¡Pinches viejas no!

Raúl Mandujano

¡Pinches viejas no!

Mire Usted, cómo no recordar el violento desenlace de la manifestación de mujeres en contra de policías de la ciudad de México. Nos concentramos la mayoría en la violencia de estas mujeres que golpearon a cuanto hombre se les atravesó en el camino, por las pintas y destrozos a los monumentos históricos, así como en la estación del Metro Insurgentes y el paradero del Metrobús, pero además de su ira descontrolada, también vimos a sujetos infiltrados en un movimiento que, si no se recuerda, tiene que ver con el supuesto ataque sexual de policías capitalinos a una adolescente de 17 años y de la respuesta de la Fiscalía de la Ciudad de México que intentó desestimar la denuncia de la joven, desencadenando la indignación social.

Durante estos días, adalides masculinos del periodismo y la academia, en foros universitarios, editoriales y redes sociales, mostraron su disgusto por lo sucedido, bañados en la crítica al feminismo rancio y a la retrógrada conducta de las damiselas con extraño olor a hierba quemada, cubre bocas, ropaje oscuro y cadenas, y portando pancartas con leyendas de "puercos policías", en memoria de aquellos que para el gobierno no son cobardes abusadores sino víctimas de la difamación.

No nos equivoquemos, el feminismo que emprendieron en la historia mujeres como Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos, Florinda Lazos de León, Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto, Marta Lamas o Marcela Lagarde, está a salvo. Tampoco están en riesgo los resultados de deportistas mexicanas, menos aún se ha frenado el trabajo y esfuerzo de millones de mujeres que a diario y desde temprano salen a trabajar o estudiar con la fe firme y el rostro en alto, con miedo, pero valientes. Lo sucedido fue una expresión furiosa en contra de la policía capitalina, pero también deja un precedente sobre la reacción social ante la indiferencia política, la irresponsabilidad de sus autoridades y la impunidad cuando se violenta a una mujer.

Las formas podemos no compartirlas, incluso yo me indigné contra este movimiento al ver infiltrados "porros" y "criminales" a los que estas mujeres, o algunas de ellas, encubrían y que cobardemente atacaron a periodistas que daban a conocer los hechos. Condenemos la violencia claro, pero sin hacer mártir a nadie.

Así que ¡"pinches viejas" no! porque sin ser las formas y menos aún la violencia, están poniendo al descubierto la miserable respuesta de la autoridad ante la violencia de género y desenmascarando que la llamada Alerta de Género hoy, parece ser un chiste político… mi twitter @raulmandujano