Bien verificado

Oscar Glenn

Bien verificado

Ojalá

Por @OSCARGLENN

Hasta hace poco era común que algunos políticos se plantaran frente a los medios y sin mayor empacho para explicar y citar datos, con poco riesgo que alguien los pudiera contradecir fácilmente, hasta que llegó la cultura de la transparencia y los datos abiertos que -aún con algunos procedimientos todavía lentos y la reticencia de servidores públicos fanáticos de la opacidad y temerosos de ser exhibidos- permite revisar con detenimiento la precisión y confiabilidad de lo que se informa y que ya es parte de su deber.

Con la expansión de las redes sociales como medio de (des)información, la propagación de las llamadas "Fake news" y la manipulación de información seleccionada con base en perfiles de usuarios, para envolverlos en un ambiente de estímulos que logren ratificar o rectificar ciertas convicciones según convenga e incidir en sus decisiones electorales, se volvieron la otra amenaza, ante la que había que protegerse o al menos reaccionar.

Con el reciente escándalo de la utilización de datos de cientos de miles de usuarios de Facebook, para influir en las preferencias electorales de los votantes norteamericanos en 2016; que puso a la Red y a sus propietarios en el banquillo de los acusados; surge en México previo al proceso electoral más intenso de la historia nacional, Verificado 2018.

Verificado 2018, según su autodescripción, nace con el objetivo de "enfrentar noticias malintencionadas o imprecisas y desmentirlas con información rigurosa y confirmada. Es un proyecto de periodismo colaborativo en el que participan más de 60 medios, universidades y organizaciones civiles" y si bien su trabajo pronto empezó a mostrar utilidad, fue en el primer debate entre los aspirantes presidenciales del pasado domingo, dónde ya tuvo un papel significativo.

Con el trabajo de Verificado 2018, salieron a relucir cifras imprecisas y erróneas usadas por los candidatos en sus aseveraciones sobre sus logros o los fallos de sus contrincantes, así por ejemplo se demuestra que El Bronco no redujo la incidencia delictiva, sino que aumento en Nuevo León en los dos años que gobernó, además que si tienen programas asistencialistas aunque presuma que no, pero lo que si logró fue que su entidad fuera la que mayor disminución de pobreza consiguiera.

La que más polémica generó en el Postdebate y que incluso convirtió en Trending Topic de Twitter a Ricardo Anaya con el mote de "mentiroso" fue que se hubiera tomado como afirmación del panista que hubieran aumentado el secuestro 88% en la Ciudad de México entre 2000 y 2005; pero lo que afirmó fue la proporción de secuestros ocurridos en el DF, por cada 100 que ocurrían en el país, pero no por cada 100 mil habitantes, como se usa frecuentemente.

Expresada la diferencia, una vez que el equipo de Anaya envió las cifras en las que se basó, Verificado 2018 revisó los datos, y reconoció que lo dicho por el candidato es cierto, aunque eso ya no se propagó de la misma forma que el comentario inicialmente difundido. Seguro que el panista deberá capitalizar su reivindicación.

A mi parecer de este episodio hay una ganancia doble, pues queda claro que no se pueden usar cifras a la ligera por ninguna de las partes, menos en una contienda presidencial; además resulta muy valioso para la sociedad que los candidatos sean precisos y específicos en sus aseveraciones que ya están bajo la lupa y pueden realmente marcar su imagen como el curso de su campaña.

Vamos a seguir observando quienes pasan estas pruebas o se quedan estigmatizados, porque es de los mejores usos que para propósitos públicos le podemos dar a las tecnologías de la información.