Hay días en los que este país tiene un tinte de dolor y mucho sufrimiento. El sábado 7 de enero, el olor a muerte, de nuevo, anduvo circulando en la capital mexicana. Poco después de las 9 horas, se registró un nuevo accidente en la línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, de la Ciudad de México. Se trató de un choque entre dos vagones en la interestación de La Raza de esa línea. Las primeras versiones indican que los usuarios detectaron que el convoy se frenó de manera intempestiva y se cortó la energía. Dos vagones del mismo convoy se encontraron, generando el choque y causando daño a los usuarios de este servicio. Este incidente dejó una persona muerta y más de 50 lesionados. Este es el primer siniestro en el Metro capitalino ocurrido en 2023; no obstante, no es el único percance ocurrido durante el mandato de la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien ha estado violando las leyes electorales haciendo campaña y difundiendo en toda la República “sus diversos éxitos” desatendiendo sus obligaciones como jefa de gobierno de la Ciudad de México.
Apenas en diciembre del año pasado, Claudia Sheinbaum afirmó que el Metro de la Ciudad de México ha sido utilizado como una campaña en su contra, particularmente tras el colapso de la Línea 12 del Metro. Sheinbaum ha manifestado que ella es víctima de una campaña donde se le ha acusado de desatender El Metro y poner en riesgo la vida los usuarios. Desafortunadamente todas estas acusaciones no fueron falsas y la línea 3 del metro no fue la excepción, es la regla ya que tiene tintes de corrupción y abandono que acabaron manifestándose en la tragedia del sábado 7 de enero.
Todas las tragedias que involucran servicios públicos tienen una connotación política y el pueblo sigue siendo la victima de su propio gobierno, sigue cayendo en las trampas de las eternas promesas, somos rehenes de un grupo que sólo desea extender su poder, exprimir las arcas y quedarse con lo que el pueblo genera para seguir explotando a esta pobre nación.
La austeridad, como nos la plantearon al inicio de esta administración, pretendía terminar con los excesos del gasto público. Pero, cuando la austeridad implica reducción en inversión pública, en mantenimiento, en cuidado del espacio público, esta medida es profundamente regresiva
Al día de hoy, el titular de la dependencia y Claudia Sheinbaum siguen con la conciencia tranquila sin hacerse a un lado, obstaculizando el camino para llegar a la verdad, sus renuncias son un acto de elemental dignidad y respeto. Pero esto no ha sucedido y desafortunadamente no va a suceder.
Además, ¿cuánto puede costar la vida de un mexicano de a pie para detener una carrera política tan exitosa por el poder?
La línea 3 no es suceso inusual, es uno muy común que dibuja el sistema de obras públicas de este país que sigue apestando a corrupción.
La indignación que se manifiesta en este texto es el ejercicio de un simple derecho ciudadano que simplemente exige responsabilidad de un gobierno que ha resultado arrogante, irresponsable, ineficiente y chantajista. El caso de la línea 3 se suma a la desgracia de la línea 12 del metro, y es un botón de muestra de que los actos de corrupción tienen víctimas y causan daño en la vida de personas y comunidades.
Apenas en diciembre del año pasado, Claudia Sheinbaum afirmó que el Metro de la Ciudad de México ha sido utilizado como una campaña en su contra, particularmente tras el colapso de la Línea 12 del Metro. Sheinbaum ha manifestado que ella es víctima de una campaña donde se le ha acusado de desatender El Metro y poner en riesgo la vida los usuarios. Desafortunadamente todas estas acusaciones no fueron falsas y la línea 3 del metro no fue la excepción, es la regla ya que tiene tintes de corrupción y abandono que acabaron manifestándose en la tragedia del sábado 7 de enero.
Todas las tragedias que involucran servicios públicos tienen una connotación política y el pueblo sigue siendo la victima de su propio gobierno, sigue cayendo en las trampas de las eternas promesas, somos rehenes de un grupo que sólo desea extender su poder, exprimir las arcas y quedarse con lo que el pueblo genera para seguir explotando a esta pobre nación.
La austeridad, como nos la plantearon al inicio de esta administración, pretendía terminar con los excesos del gasto público. Pero, cuando la austeridad implica reducción en inversión pública, en mantenimiento, en cuidado del espacio público, esta medida es profundamente regresiva
Al día de hoy, el titular de la dependencia y Claudia Sheinbaum siguen con la conciencia tranquila sin hacerse a un lado, obstaculizando el camino para llegar a la verdad, sus renuncias son un acto de elemental dignidad y respeto. Pero esto no ha sucedido y desafortunadamente no va a suceder.
Además, ¿cuánto puede costar la vida de un mexicano de a pie para detener una carrera política tan exitosa por el poder?
La línea 3 no es suceso inusual, es uno muy común que dibuja el sistema de obras públicas de este país que sigue apestando a corrupción.
La indignación que se manifiesta en este texto es el ejercicio de un simple derecho ciudadano que simplemente exige responsabilidad de un gobierno que ha resultado arrogante, irresponsable, ineficiente y chantajista. El caso de la línea 3 se suma a la desgracia de la línea 12 del metro, y es un botón de muestra de que los actos de corrupción tienen víctimas y causan daño en la vida de personas y comunidades.
