Mire Usted, para muchos la telenovela del día es el caso Lozoya Austin, el ex director de Pemex quien es o era, el eslabón más fuerte de la cadena de Andrés Manuel en su combate a la corrupción, y ese seguro para demostrar los defectos del gobierno de su antecesor Enrique Peña, parece no estar tan firme. Y es que Emilio Lozoya se comprometió con el gobierno de México pero, a su llegada, y aun cuando aseguró que no impugnará las acusaciones en su contra por parte de la Fiscalía General de la República, también se ha pronunciado por su inocencia en los delitos de asociación delictuosa y cohecho, por sobornos de 10.5 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht.
También para muchos, sobre todo abogados penalistas, Emilio Lozoya ha sido utilizado como instrumento no doloso, en el marco de un aparato de poder conformado por altas autoridades del Estado mexicano, amén de que existirían elementos para que el ex director de Pemex proceda a denunciar a quienes lo han hecho responsable de los hechos por los que fue acusado.
Le diré, estimado auditorio, para el gobierno es claro que Lozoya es el instrumento político para juzgar al pasado neoliberal y a un gobierno al que odia; para la justicia es un gran reto para entender los rincones de los cuales flaquea. El gobierno seguramente hallará o hará lo necesario para que no salga, y probablemente la justicia tenga que ceder a la presión social que ya juzgó a Lozoya.
Y en todos estos capítulos que van para largo, a la gente, a usted ¿en qué lo beneficiará? Seguramente en nada, si sale o si va a la cárcel, no le impactará en sus ingresos, ni bajarán los contagios, ni se abrirán negocios, ni podrá ir a conciertos o a estadios, ni habrán medicamentos y menos bajará el crimen, los asaltos, secuestros o crecerá el empleo… No, regularmente las venganzas políticas satisfacen a los políticos y a sus partidos y seguidores, Decía Devin Grayson, puedes tener justicia o puedes tener venganza. Pero no ambas cosas. Veremos qué pasa en el siguiente capítulo de esta novela… Mi twiter @raúlmandujano.
También para muchos, sobre todo abogados penalistas, Emilio Lozoya ha sido utilizado como instrumento no doloso, en el marco de un aparato de poder conformado por altas autoridades del Estado mexicano, amén de que existirían elementos para que el ex director de Pemex proceda a denunciar a quienes lo han hecho responsable de los hechos por los que fue acusado.
Le diré, estimado auditorio, para el gobierno es claro que Lozoya es el instrumento político para juzgar al pasado neoliberal y a un gobierno al que odia; para la justicia es un gran reto para entender los rincones de los cuales flaquea. El gobierno seguramente hallará o hará lo necesario para que no salga, y probablemente la justicia tenga que ceder a la presión social que ya juzgó a Lozoya.
Y en todos estos capítulos que van para largo, a la gente, a usted ¿en qué lo beneficiará? Seguramente en nada, si sale o si va a la cárcel, no le impactará en sus ingresos, ni bajarán los contagios, ni se abrirán negocios, ni podrá ir a conciertos o a estadios, ni habrán medicamentos y menos bajará el crimen, los asaltos, secuestros o crecerá el empleo… No, regularmente las venganzas políticas satisfacen a los políticos y a sus partidos y seguidores, Decía Devin Grayson, puedes tener justicia o puedes tener venganza. Pero no ambas cosas. Veremos qué pasa en el siguiente capítulo de esta novela… Mi twiter @raúlmandujano.
