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Oscar Glenn

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La disminución de la popularidad del Presidente de México en las últimas semanas, atribuible a la forma de (no) enfrentar diversos problemas de nuestro país, o los escasos resultados; la situación no me parece que tenga nada de halagüeño, pues el mandatario está rebasando apenas el décimo quinto mes de su mandato, es depositario de las esperanzas de muchos mexicanos y más nos valdría que empiece a escuchar y tomar decisiones para que le empiece a ir bien, antes que no sólo la reserva de confianza siga bajando, sino también las reservas para financiar sus programas para el bienestar e impulsar el crecimiento (tan despreciado) sigan extinguiéndose.

Según revelan las encuestas, esas que si lee y que seguramente le sirven al Gobierno Federal para tomar una que otra decisión, ha crecido el desacuerdo o el escepticismo sobre el manejo de la economía y la inseguridad.

El combate al crimen organizado y la reducción de la violencia son dos aspectos en los que más gente está expresando duda o preocupación, si a esto le suman que el problema de la violencia contra las mujeres ha sido un asunto que se le ha complicado, pues se percibe que va en aumento de la mano de la impunidad y el mandatario no convence atribuyéndolo como consecuencia del neoliberalismo, a tal grado que es precisamente entre el sector femenino, donde ha caído su aprobación y aumentado su desaprobación alrededor de tres puntos. Algo debe hacer.

En lo social esto representa tiempo perdido y afectaciones a la población que sigue esperando cambios positivos tal como se prometieron, pero como respuesta a su exigencia obtienen una petición de paciencia.

En lo político, señala el experimentado Norberto Hernández Bautista que nadie de la oposición está capitalizando la popularidad que el Presidente ha perdido y en cualquier momento con alguna nueva acción de justicia o contra la corrupción, el mandatario aplaca los ímpetus y se reposiciona, tal vez los opositores solo tratarán de sobrevivir en la próxima contienda dada su lejanía del electorado.

¿Tan faltos de opciones políticas andamos? Al menos a nivel nacional la respuesta se revela cuando revisamos que los ciudadanos siguen desencantados con los partidos políticos y de manera individual, acaso dos nombres se asoman últimamente en el panorama, con todo lo que eso pueda implicar: Felipe Calderón y Elba Esther Gordillo, que están a punto de estrenar sus propios partidos políticos. ¿Y luego?

La UAEMex

Ojalá se restauren los canales de diálogo para revisar con inteligencia y sabiduría las peticiones de las alumnas cuya angustia y coraje al sentirse vulnerables a la violencia de género y el acoso en las aulas, abrió la vía para expresar múltiples exigencias de esta generación. Si de una parte hay una causa legítima y sensata, y de la otra determinación para escuchar y resolver, será tiempo de observar que clase de líderes hay en cada lado, para que la institución salga fortalecida.