El Presidente de México ha dicho que los integrantes de su gobierno no tienen derecho a fallarle al pueblo de México, y con ese razonamiento sugirió y después aceptó la renuncia de Josefa González-Blanco a la SEMARNAT, luego que fuera exhibida, logrando con una llamada hacer que un avión retrasara su despegue para esperarla a que abordara, pues como ya no hay aeronaves del Gobierno tienen que adaptarse igual que cualquier mortal.
Lo más rescatable ahora de la influyente exfuncionaria es que ojalá sirva de mal ejemplo y de parámetro; pues en su carta de renuncia reconoce que en este gobierno nadie debe tener privilegios y si total congruencia con los valores de equidad y justicia. Ojalá así fuera empezando por el mandatario, y no para que renuncie, sino para que pondere y decida certeramente en diferentes rubros.
Desde la renuncia de Germán Martínez Cazares a la Dirección del IMSS la semana pasada que evidenció malas decisiones y generó polémicas por los criterios para la aplicación de recursos en el sector salud, que se revelo como una parálisis de dimensiones críticas, motivada por la obstinación de ahorros y cambios en procesos de compras, costó tiempo que reconocieran sus errores y enmendaran la ruta, liberando finalmente diferentes partidas de gasto por más de 1200 millones de pesos, de más de 2400 millones que tenían de déficit en este año.
Raquel Buenrostro Sánchez, Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda, quien hoy se encarga de todas las compras del Gobierno Federal debería tener de fresco el ejemplo de su excompañera y analizar bien las consecuencias de sus decisiones, tampoco tiene derecho a equivocarse ni a poner en mayor riesgo la salud de la gente que depende de los servicios médicos de instituciones públicas. Ojalá no se equivoque diciendo que si a todo lo que se le ocurre al Presidente.
¿Qué decir de quien haya decidido que el salario de los médicos pasantes que realizan servicio social se reduzca a la mitad, pasando de $3,600 a $ 1,800 pesos mensuales a partir de agosto? ¿Acaso no es el Presidente el hombre que ha recorrido el país y sabe de lo que representa un médico en las comunidades más alejadas, además de lo que implica estudiar medicina? ¿Dónde queda la congruencia si dan a ellos igual o menos apoyo que a los aprendices del Programa Jóvenes construyendo el Futuro?
Para completar el cuadro, sale a relucir la Directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla, que autoriza recortar el presupuesto para la ciencia, pero contrata un servicio de comedor de 15 millones 78 mil 457 pesos, que incluye chef, nutriólogo y menú con productos orgánicos, que rondan los $720 pesos cada uno.
Ojalá no sigan creyendo que es afán de sus opositores sino efectos del criterio de sus colaboradores, a ver si les aplican un día el mismo rasero que a González-Blanco.
Lo más rescatable ahora de la influyente exfuncionaria es que ojalá sirva de mal ejemplo y de parámetro; pues en su carta de renuncia reconoce que en este gobierno nadie debe tener privilegios y si total congruencia con los valores de equidad y justicia. Ojalá así fuera empezando por el mandatario, y no para que renuncie, sino para que pondere y decida certeramente en diferentes rubros.
Desde la renuncia de Germán Martínez Cazares a la Dirección del IMSS la semana pasada que evidenció malas decisiones y generó polémicas por los criterios para la aplicación de recursos en el sector salud, que se revelo como una parálisis de dimensiones críticas, motivada por la obstinación de ahorros y cambios en procesos de compras, costó tiempo que reconocieran sus errores y enmendaran la ruta, liberando finalmente diferentes partidas de gasto por más de 1200 millones de pesos, de más de 2400 millones que tenían de déficit en este año.
Raquel Buenrostro Sánchez, Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda, quien hoy se encarga de todas las compras del Gobierno Federal debería tener de fresco el ejemplo de su excompañera y analizar bien las consecuencias de sus decisiones, tampoco tiene derecho a equivocarse ni a poner en mayor riesgo la salud de la gente que depende de los servicios médicos de instituciones públicas. Ojalá no se equivoque diciendo que si a todo lo que se le ocurre al Presidente.
¿Qué decir de quien haya decidido que el salario de los médicos pasantes que realizan servicio social se reduzca a la mitad, pasando de $3,600 a $ 1,800 pesos mensuales a partir de agosto? ¿Acaso no es el Presidente el hombre que ha recorrido el país y sabe de lo que representa un médico en las comunidades más alejadas, además de lo que implica estudiar medicina? ¿Dónde queda la congruencia si dan a ellos igual o menos apoyo que a los aprendices del Programa Jóvenes construyendo el Futuro?
Para completar el cuadro, sale a relucir la Directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla, que autoriza recortar el presupuesto para la ciencia, pero contrata un servicio de comedor de 15 millones 78 mil 457 pesos, que incluye chef, nutriólogo y menú con productos orgánicos, que rondan los $720 pesos cada uno.
Ojalá no sigan creyendo que es afán de sus opositores sino efectos del criterio de sus colaboradores, a ver si les aplican un día el mismo rasero que a González-Blanco.
