Los Morenistas encabezados por AMLO y contendiendo con Delfina Gómez, necesitan bajarse de su nube de popularidad y no marearse con el humo de su presunta indestructibilidad, ya que se se supone que se deben a las causas de la gente y en algún momento deberán enfrentar los temas de frente, no con enredos verbales ni con la salida falsa de los complots o los presuntos "ataques de la mafia del poder" con los que tildan evasivamente todo lo que les incomoda. Será bueno que vayan mostrando más nivel y menos intolerancia.

Ahora resulta que hasta los medios que hemos difundido sus causas y hecho resonar sus temas con convicción y compromiso de servicio social, con pluralidad irrestricta, son parte de la mafia y los condenan cuando se les pide respuesta sobre asuntos periodísticos trascendentes o delicados como ahora que la violencia ha hecho víctimas y cobrado vidas de algunos colegas, o cuando en las entrañas de su propia organización política se convulsionan.

¿Qué podemos esperar de su relación con la prensa y su respeto a la libertad de expresión, en caso que ostenten el cargo público? Eso es algo que les compromete y lo queríamos saber. Ya va siendo tiempo que asuman.

Tal vez ni han pensado en el tema, quizá no está en su agenda, pero no parece cosa eludible.

Cierto es que los recientes episodios de violencia contra periodistas no han sido en el estado, pero no por eso se puede soslayar el problema. ¿O si?