La necesidad de un nuevo contrato social

Oscar Glenn

La necesidad de un nuevo contrato social

Jean-Jacques Rousseau fue el más importante de los ilustrados franceses. Escritor, músico, botánico, naturalista y filósofo. El siglo XVIII es el llamado "Siglo de las Luces" por la confluencia de corrientes intelectuales basadas en la razón, los métodos científicos, la propagación del saber y la modernización de la sociedad que lo caracterizan y se impugnaba por enfrentar la tiranía a través de la razón y el conocimiento, esta tendencia influiría de manera decisiva en la Revolución Francesa. Es en esta época que se desprende la obra “el contrato social”, publicado en 1762, que trata principalmente sobre la libertad e igualdad de los hombres bajo un Estado instituido por medio de un contrato social. “El contrato social” de Rousseau establece un pacto en el que el gobierno debe de procurar la tranquilidad y convivencia en una sociedad y es necesario que los ciudadanos estén de acuerdo de atender y respetar el bien común.  


Los recientes y vergonzosos acontecimientos que hemos padecido todos los mexicanos con las incendiarias manifestaciones de los “maestros” en el estado de Guerrero, las manifestaciones públicas donde se bloquean carreteras, la crisis en el agua, la grave situación en el sector salud, la violencia en el país que desde hace varios años hemos sufrido, la creciente impunidad, la corrupción, el tráfico de influencias, los conflictos diplomáticos a nivel regional, y que seguramente seguirán ocurriendo, además de causar indignación y preocupación, nos deben llevar a reflexionar la necesidad de un nuevo contrato social.


En el primer debate sólo existió un activo intercambio de acusaciones sin señalar el rumbo que debemos de tener en el país. 


La tercera década del siglo XXI presenta desafíos sin precedentes a nuestra nación que exige pensar lo impensable y considerar una renegociación del contrato social. Es necesario darle un nuevo rumbo al país y renegociar un contrato social que nos dé certeza en el rumbo que llevamos como país. Esto podría implicar en una reforma fiscal que implique una fuerte inversión en la educación de calidad, capacitación laboral y en una red de seguridad social eficaz que se adapte a la naturaleza cambiante del trabajo. En este ajuste se debe de enfocar en varios temas: Se debe de fortalecer la cultura en el cuidado del medio ambiente, la escasez y calidad del agua, tecnologías verdes y protección del medio ambiente; Se tiene que recuperar la confianza pública en las instituciones de gobierno a través de la consolidación de la transparencia y rendición de cuentas; Es urgente atender una política pública el tema de la automatización que permita al ciudadano enfrentar los retos que conlleva la era digital; se debe eficientar una justa distribución de recursos y oportunidades laborales para los jóvenes y la gente de la tercera edad; Se debe recuperar nuestro prestigio internacional a través de la “Doctrina Estrada” en la que México no juzgue, ni invada la esfera política de otras naciones que implique una intromisión en su soberanía.  Es necesario recuperar y sanar nuestras relaciones con nuestros hermanos latinoamericanos para enfrentar de manera conjunta cuestiones como comercio, salud global, pandemias, migración y combate a las organizaciones criminales.


Los gobiernos deben encontrar un equilibrio entre los intereses nacionales y las responsabilidades a nivel global. Se debe de recuperar la confianza de la sociedad para poder gozar de un gobierno legítimo que actúe de acuerdo con la voluntad general, en lugar de beneficiar sólo los intereses de grupos políticos que se encuentren en el poder. Sin duda se necesita de un Estado transparente, respetable y sólido en derecho que convierta la obediencia en deber.