Ceguera Inverosímil

Oscar Glenn

Ceguera Inverosímil

El presidente está grave. No ve, o no quiere o no se atreve a ver y condenar la expansión del crimen organizado que durante su gobierno ya rebasó cualquier límite imaginable.

Lo peor, quisiera que su voluntariosa ceguera contagiara al resto de la población para que no se le reclamara y asumiera sin chistar que su narrativa es la realidad, y solo existe lo bueno y lo malo que él consigna, además que sus recetas funcionarán como milagro divino aunque no tengan razón ni fundamento, más allá de presumir que hace algo diferente a los del pasado.

El secuestro de las actividades económicas que han consumado los grupos criminales, se evidencia con solo observar detenidamente un poco. El imperio del terror que siembran los grupos criminales que obligan a una sumisión silenciosa en complicidad con la indolecnia gubernamental cada vez disimula menos, confiando quizá en que nadie les reprenderá o que la nueva ley la dictan ellos.

Asi la triste ratificación que el mandatario hace en la cuna de los grupos criminales más poderosos y sanguinarios, en donde si bien no todas las personas son gente mala, se sabe que esos predominan y hasta instalan guardias y filtros de seguridad cuando por allá los visita y casi les imparte bendiciones.

Peor aún se atreven a ironizar que ya no son los tiempos de Calderón y García Luna, son cretinos quienes lo comparan o lo juzgan peor.

Pero no ayuda, ni una muestra da que es mejor.