Elecciones y lecciones

Oscar Glenn

Elecciones y lecciones

Ojalá


Los resultados de las elecciones que realizamos este fin de semana más de 55.7 millones de mexicanos y mexicanas, son contundentes y dejan muchas cosas en que pensar, para quien las quiera tomar.


El aplastante apoyo al proyecto de la cuarta transformación que ahora heredará la Doctora Claudia Sheinbaum, evidenció que hoy nadie entiende como el Presidente, la escala de prioridades, ni el nivel de información de la mayoría de la población que se muestra seducida por este régimen. Pidió la mayoría calificada y la consiguió.


La narrativa presidencial lograda con todos los instrumentos y personajes a su alcance, más los mecanismos y tácticas de operación política (más allá de límites convencionales, como nunca nadie antes se atrevió) y el singular manejo de la política social, finalmente lograron consolidar la convicción de 33 millones de personas sobre la conveniencia de la continuidad de este proyecto, y bastó para arrasar.


Convenció entre otras cosas, que pese a ejercer el poder, el líder del movimiento seguía siendo la víctima de la historia y sus contrapartes los enemigos despreciables por siempre, aun cuando ya hubiera purificado con el manto guinda a muchos personajes, otrora impresentables.


Convenció que su idea de justicia estaba por encima de la Ley; logró armar un blindaje flexible pero invulnerable a las acusaciones de corrupción, malos manejos y costos de la impericia gubernamental. Estableció que todo eso era secundario e irrelevante, porque “Primero los pobres” y al parecer nadie habló ni entendió el trasfondo del idioma que él patentó, ni de las causas por las que abogó.


Quizá solo una persona en algún momento se aproximó y con eso lo desquició, pero los expertos del estilo lejos de ayudar la mermaron.


Aunque cuesta creerlo, el aún presidente hoy habla otra vez de su retiro y de la autonomía de su heredera, con quien podría acordar que en el último mes de su sexenio se impulsen las reformas constitucionales, en el congreso que él construyó con mayoría calificada y abrumadora que también le heredará. ¿Realmente después de tanto afán por la historia podrá dar por finalizada la propia? ¿Será capaz la doctora de negarle esto a su mentor para empezar a asumir el poder de la investidura? ¿Necesitará demostrar que realmente ella estará al mando? ¿Qué habrá aprendido de su mentor para ejercer el poder?


Es de hacer notar por otra parte, que la futura presidenta ha insistido en sus discursos recientes, que su deber es velar por cada una y cada uno de los mexicanos, sin distingos; aunque muchas mexicanas y mexicanos no coincidan plenamente con su proyecto, promete, con un tono de voz amable, que caminará en paz y armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero, con un gobierno que será honesto, sin influyentismo, sin corrupción, ni impunidad’, Ojalá, realmente se necesita y sería más que una definición de estilo para gobernar.


PROVOCACIONES


#Autoevaluación: Vencedores y vencidos deberían pasar por este proceso, para que al asumir el poder reconozcan la dimensión de los problemas, las opciones disponibles y los recursos utilizables, no sirve ni reclamar al pasado ni seguir pensando que son opositores. Los vencidos tendrán que reconocer cuánto han quedado a deber y qué sentido tiene intentar reinventarse. Se ocupan nuevos liderazgos con visión y capacidad.