Vida Legal
Opinión y Análisis del Dr. Arturo Argente
El pasado domingo atestiguamos la forma de gastar, sin beneficio alguno, una enorme cantidad de dinero público que le dio forma a una marcha que no apoyo ninguna iniciativa o reclamo ciudadano y que también, careció de total espontaneidad, reflejando una molestia causada por la marcha del 13 de noviembre.
Esta marcha fue reactiva ya que AMLO marchó para convertir al “pueblo”, que tanto invoca en un sujeto visible, en una masa móvil, una fuerza real. Marchó para proyectar el tamaño de su movimiento político en el espacio físico y comparar su convicción con la de “ellos”, los que viven en el error y en la inferioridad moral porque no son el “pueblo”. También perdió la oportunidad histórica de llegar a ser un verdadero estadista. Se ofreció combate en algo que no venía al caso, desperdició una de sus últimas oportunidades, y cerró las puertas al diálogo con 15 millones de votantes que votaron por él y buscaban un cambio.
No olvidemos que López ganó la presidencia con algo más de 30 millones de votos, cantidad comprendida por 15 millones de fieles seguidores y los otros 15 millones que buscaban un verdadero cambio. Durante toda su gestión, López ha cometido el grave error de pensar que sigue teniendo la misma base de apoyo electoral o que, incluso, esta ha crecido. Pero no entiende que hace mucho esos 15 millones que buscaban un verdadero cambio han sido denostados e insultados por su presidente y ya los perdió, y no ha considerado que los va a necesitar en las elecciones del 2024, tanto como los necesitó en 2018.
Sin embargo, está haciendo todo lo posible por alejarlos.
Al final del evento, mucha gente no se quedó a escucharlo. Pasó lista y se fue. La decepción ha sido cruel, los 15 millones de mexicanos que buscaron un cambio son culpables de su propia desilusión por crear expectativas tan altas en personajes tan básicos. Sin duda la expectativa es la madre de la decepción.
El reto de la oposición en el 2024 es convencer a esos 15 millones de desilusionados para que salgan a votar y no se abstengan de hacerlo. Y cabe la pregunta
¿Qué fue más convincente para ese tipo de votantes? ¿La convocatoria ciudadana a la marcha del 13? ¿O la descarada movilización de la marcha del domingo 27 de noviembre?
Al final del día, esto no era un concurso de popularidad, la marcha del 13 de noviembre era una batalla por defender al INE. Con la marcha promovida por López perdió de vista por completo de qué se trataba el asunto. El INE no se va a tocar, la marcha del poder sale sobrando.
Dr. Arturo Argente Villarreal
Escuela de Derecho
Tec de Monterrey, Campus Toluca.
Opinión y Análisis del Dr. Arturo Argente
El pasado domingo atestiguamos la forma de gastar, sin beneficio alguno, una enorme cantidad de dinero público que le dio forma a una marcha que no apoyo ninguna iniciativa o reclamo ciudadano y que también, careció de total espontaneidad, reflejando una molestia causada por la marcha del 13 de noviembre.
Esta marcha fue reactiva ya que AMLO marchó para convertir al “pueblo”, que tanto invoca en un sujeto visible, en una masa móvil, una fuerza real. Marchó para proyectar el tamaño de su movimiento político en el espacio físico y comparar su convicción con la de “ellos”, los que viven en el error y en la inferioridad moral porque no son el “pueblo”. También perdió la oportunidad histórica de llegar a ser un verdadero estadista. Se ofreció combate en algo que no venía al caso, desperdició una de sus últimas oportunidades, y cerró las puertas al diálogo con 15 millones de votantes que votaron por él y buscaban un cambio.
No olvidemos que López ganó la presidencia con algo más de 30 millones de votos, cantidad comprendida por 15 millones de fieles seguidores y los otros 15 millones que buscaban un verdadero cambio. Durante toda su gestión, López ha cometido el grave error de pensar que sigue teniendo la misma base de apoyo electoral o que, incluso, esta ha crecido. Pero no entiende que hace mucho esos 15 millones que buscaban un verdadero cambio han sido denostados e insultados por su presidente y ya los perdió, y no ha considerado que los va a necesitar en las elecciones del 2024, tanto como los necesitó en 2018.
Sin embargo, está haciendo todo lo posible por alejarlos.
Al final del evento, mucha gente no se quedó a escucharlo. Pasó lista y se fue. La decepción ha sido cruel, los 15 millones de mexicanos que buscaron un cambio son culpables de su propia desilusión por crear expectativas tan altas en personajes tan básicos. Sin duda la expectativa es la madre de la decepción.
El reto de la oposición en el 2024 es convencer a esos 15 millones de desilusionados para que salgan a votar y no se abstengan de hacerlo. Y cabe la pregunta
¿Qué fue más convincente para ese tipo de votantes? ¿La convocatoria ciudadana a la marcha del 13? ¿O la descarada movilización de la marcha del domingo 27 de noviembre?
Al final del día, esto no era un concurso de popularidad, la marcha del 13 de noviembre era una batalla por defender al INE. Con la marcha promovida por López perdió de vista por completo de qué se trataba el asunto. El INE no se va a tocar, la marcha del poder sale sobrando.
Dr. Arturo Argente Villarreal
Escuela de Derecho
Tec de Monterrey, Campus Toluca.
