Imagogenia: El recuento de los daños

Martha Nava

Imagogenia: El recuento de los daños

Terminaron las elecciones en el Estado de México y es momento de hacer un recuento de los daños pero sobre todo analizar los puntos en los que debe de trabajar el personaje ganador, claro está desde la trinchera de la imagen.

Este proceso electoral estuvo colmado de situaciones en las que como ciudadana no sabía si reír o llorar. Desde los penosos formatos del debate, los memes y las sátiras en redes sociales hasta las acusaciones entre candidatos y partidos que parecían no tener fin, vaya momentos colmados de incongruencias que hacían cada vez más difícil creer en el candidato y sus propuestas.

A partir de los ojos de la imagen el factor determinante de esta contienda fue toda la comunicación no verbal de los candidatos. Desde la conducta rígida y construida de Del Mazo -misma que logró relajar al final de la contienda- hasta el carisma que sorprendió a propios y extraños de Zepeda, que fluyó como el único candidato auténtico.

Es aquí que debo de hacer un paréntesis y aplaudir al candidato perredista que ganó perdiendo ya que demostró que se puede hacer política sin perder esencia, es evidente que su imagen es congruente ya que no fingió ser alguien que no es durante su campaña, se vendió como un elemento claro y empleó exitosamente estímulos de identificación social como su frase "soy de barrio". Zepeda logró proyectar una imagen cercana a la gente, se presentó como un personaje que entendía las necesidades sociales porque, como pocos de los candidatos, en efecto las vivió; además demostró tener mayor capacidad de improvisación que sus adversarios usando un lenguaje claro y fue el único candidato que no tuvo señalamientos. Estos elementos justifican el avance que le daban en las encuestas al final de la campaña, como político demostró que la autenticidad, la cercanía real con la ciudadanía y algunos riesgos calculados -como su participación en el concierto de cierre de campaña- son parte de la construcción de una imagen estratégica, el político debe de ser él o perderá la confianza del electorado: es inevitable.

Continuando con los aspectos que marcaron la elección destaco también la preparación de la candidata de Morena desde su evidente miedo al micrófono hasta sus marcados errores de gramática oral, si bien esto no le califica con una imagen positiva o negativa si afecta a la percepción que se tiene de ella. El respaldo que le da a Delfina Gómez su partido es fuerte podía ganar más por su empuje y todo el cúmulo de símbolos que en este se vierten que por sus capacidades. En su caso la presencia de AMLO -la titularidad- permeo en su imagen y mientras convenció a algunos desmotivó a otros de votar por ella.

Un casi acierto del priista fue el vídeo del focus group porque entendió la importancia del posicionamiento del mensaje adecuado en redes sociales más allá de la foto y la pose; y digo casi porque éste se vio un tanto armado, omitieron mencionar opiniones generalizadas cómo que se le percibe cómo un junior más de la política priista -y no, lo de chavorruco no aplica-, o que él no sabe lo que es no tener para pagar el recibo de la luz por poner algunos ejemplos. Este momento clave permitió verlo por primera vez a él y no a la construcción de "su imagen" y eso le sumó a la generación de empatía y a esclarecer algunas dudas que aunque crudas eran reales -como su relación con el presidente Enrique Peña-. Queda claro que, con Alfredo Del Mazo como virtual ganador, el priismo aún cuenta con una estructura fuerte pero lo que queda aún más claro es que representa la auténtica oportunidad -tal vez la última- que le da el pueblo a su partido. Los próximos seis años deberá de trabajar el doble que sus antecesores para demostrar que, en efecto fue la elección correcta y que quien gobierna es él y no su partido, que de momento padece una fuerte crisis de imagen.

Lamentablemente la que perdió en partida doble fue Josefina Vázquez Mota, durante todo el proceso su imagen no proyectó estrategia: su corporalidad -a veces- gritaba que no quería estar ahí y su discurso se mantuvo gris igual que en su campaña presidencial del 2012; perdió poder dentro de su partido y perdió su esencia en el proceso, tal vez esta sea la última vez que veamos a la panista en un puesto estratégico.


Y así, el recuento de los daños...



Martha Nava Argüelles
@Mar_Naa