Iluminaciones

Oscar Glenn

Iluminaciones

Algunos sucesos casi inverosímiles de este inicio de semana me llevan a la necesidad de escribir algo que bien podría convertirse en una plegaría para que la iluminación metafórica y real llegue a nuestra vida cotidiana. ¡Un poco de luz por favor! la luz de la inteligencia y la sensatez, ninguna luz divina, conste.

Ojalá que la luz llegue a la mente de nuestro Presidente para recapacitar en el silencio de sus palaciegos e históricos aposentos y así entienda que no puede ni debe -por lealtad a sus ideales como demócrata- realmente creer que el mejor periodismo y los mejores periodistas son sólo los que sirven a las causas de un hombre que se autoproclama como justo, ya sea oposición o gobierno.

Lo que dijo en la conferencia mañanera de este lunes, al responder al representante de la revista PROCESO, fue realmente estremecedor y si no fue reproche si pareció ser amenaza indeseable:

Decir que el periodismo de investigación pasó de noche, y que hubo silencio cómplice mientras él fue oposición es mentira polarizante, que se acumula a la colección. Lo he dicho, no habría llegado a dónde está, ni las calificaciones del mandatario anterior hubieran sida tan malas, si no se hubiera hablado de sus desatinos. Ya se lo han demostrado, aunque parezca que no lo quiere ver.

Es de señalar además que no, no fueron solo las "benditas redes sociales" las que generaron la percepción, fueron los contenidos periodísticos que también se propagaron en éstas para alimentar el repudio al partido en el poder, que bien aprovechó por cierto y en algunos casos magnificó su equipo como parte de la campaña proselitista. No fue un solo hombre, ni una sola narrativa.

Decir que hubo honrosas excepciones en el periodismo y que es motivo de otra investigación, sobre cuáles fueron los medios y periodistas que actuaron con rectitud en todo el periodo neoliberal, suena intimidatorio para todo aquel que no comulgue con sus formas o sus ideales, necesita mucha luz el tema para no instalarse en la idea que por estar buscando la transformación todos los buenos periodistas y los buenos mexicanos tendrían que apoyarle o atenerse a lo que la voluntad suprema decida.

Mucha Luz necesitamos también como periodistas e informadores para mantener la agudeza y la inteligencia para discernir, informar y editorializar cuando sea el caso, con base en información fidedigna, análisis expertos, certeros y bien fundamentados, para que la sociedad siempre encuentre referentes para formar sus propias opiniones y aspirar a lo mejor, para no conformarse con poco, ni quedarse sólo con la prensa militante que muy a su derecho así se quiera definir.

Mucha iluminación real es la que necesitan en diversos barrios y colonias de la capital del estado de México y así me lo han externado algunos de los vecinos que enfrentan cada día el temor atravesar calles en penumbras donde es más propicio que la delincuencia cometa sus fechorías y que particularmente a las mujeres les represente otro escenario de desprotección.

El Ayuntamiento debe encontrar pronto una buena fórmula para asegurarse que no le tengan que llamar los ciudadanos para exigir reparaciones, sino mantener el alumbrado público en buenas condiciones en todo el territorio como es su deber.

¡Ojalá!