Opiniones

Reduciendo el crimen

Reduciendo el crimen

Es desconcertante que el presidente de México sea verbalmente más severo, más frontal más agresivo en contra de sus adversarios políticos que de los criminales que tienen asolada la sociedad mexicana y repudie la determinación del vecino país.

Es complejo entender que después que el gobierno de los Estados Unidos ofrece una recompensa por cabezas criminales que operan en este país, como los tristemente célebres “Hijos del Chapo” a quienes se considera una amenaza para la gente y la nación norteamericana, el presidente mexicano reaccione con dignidad, asegurando que es responsabilidad del gobierno mexicano hacerlo, si se encuentran en México, y que es una prioridad.


Es desconcertante que el presidente de México sea verbalmente más severo, más frontal más agresivo en contra de sus adversarios políticos que de los criminales que tienen asolada la sociedad mexicana y repudie la determinación del vecino país antes que buscar colaboración para lograr éxito en una causa que presume prioritaria.


“Abrazos no balazos” es el lema fundado en la idea que la violencia genera más violencia, pero que se percibe como complacencia ante la expansión de los grupos criminales. Así, desde hace tres años nos preguntamos ¿Por qué? ¿a qué le teme? ¿qué le saben?


Más allá de la firmeza y determinación que muchos esperamos escuchar, contra los cuestionamientos naturales, este lunes en la conferencia mañanera, la SEDENA reportó que han logrado impactar con en grupos del crimen organizado en 9 estados, reduciéndose el índice en delincuencia organizada en Guanajuato en un 3.6%, Baja California 14%, Chihuahua 16%, Michoacán 3.7%, Jalisco 4%, Sonora 13%, Zacatecas 45% y Quintana Roo 38%; incrementándose -penosamente- en el Estado de México 10.1%.


Asimismo, indica el reporte gubernamental en un comparativo con el gobierno anterior, que en el actual se tienen mejores resultados con el trabajo de inteligencia, lográndose la detención de: 5 líderes de organizaciones delictivas, 5 jefes regionales, 9 jefes de plaza y 1,059 integrantes de células delictivas, estas detenciones representan un incremento del 106% en comparación con los 522 elementos capturados por el gobierno anterior en el periodo similar.


Tal vez yo esté dejando de percibir algo o tenga la visión desenfocada, pero ustedes que leen esto ¿realmente perciben que este gobierno está logrando que se retraigan los grupos criminales? ¿Son realmente impactantes esas acciones para ir recuperando la tranquilidad y la confianza? ¿Se percibe menos impunidad?


En los últimos años, he escuchado los testimonios de gente de diferentes regiones y actividades que señalan cómo los criminales se están adueñando de todo, son más eficaces vigilantes, inspectores y recaudadores, definen sus territorios y dictan qué se hace y qué no se hace, quién prospera y quién fracasa, quién puede hacer un negocio y quién tiene que vivir a hurtadillas o huir para mantener a salvo su vida y la de su familia.


Realmente me gustaría que esos números se tradujeran en una realidad donde recuperáramos la tranquilidad de la vida para producir, para crecer y el acecho criminal acabara. Con más de Cien mil homicidios dolosos en el sexenio y una mínima reducción en los delitos del fuero común, hoy ni la comparativa con el pasado parece alentadora ante la realidad. Ojalá vengan mejores días.