Opiniones

Entre letras y silencios: Un viaje por la bibliotecas que guardan el alma del conocimiento

Entre letras y silencios: Un viaje por la bibliotecas que guardan el alma del conocimiento

Las bibliotecas son lugares donde el tiempo se sienta a descansar. Espacios silenciosos, majestuosos, llenos de voces que no se apagan y de páginas que todavía tienen mucho que decir.
¿Hace cuánto tiempo no visitas una? Tal vez no haya una cerca de tu comunidad, pero créeme, vale la pena hacer el viaje. Porque en una biblioteca siempre hay algo más que libros: hay memoria, hay historia… y hay vida.


En el marco del Día Internacional de las Bibliotecas, que se celebra cada 24 de octubre, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (IBERO) abre las puertas de su Biblioteca Francisco Xavier Clavigero, un espacio que invita a redescubrir el universo que habita entre los libros.


Este recinto, reconocido por la UNESCO como parte del programa Memoria del Mundo, resguarda más de 800 mil piezas documentales. Entre ellas se encuentran los archivos personales de Porfirio Díaz, un ejemplar del Canto General de Pablo Neruda —el número 244, donado por Luis Barragán— y un invaluable archivo fotográfico del México 68, con imágenes originales del periódico El Heraldo de México.


Para la Dra. Cecilia Sandoval Macías, académica de tiempo completo del área de acervos históricos de la biblioteca, estos espacios “son joyas del conocimiento que preservan la huella intelectual de generaciones. En tiempos donde la inmediatez digital domina, las bibliotecas físicas siguen siendo guardianas del pensamiento humano, donde cada documento cobra un valor incalculable para la investigación histórica y académica”.


Y no es necesario llegar hasta la capital del país para vivir esta experiencia. El Estado de México también conserva recintos de gran valor cultural.
Ahí está la Biblioteca Central Estatal “Dr. José María Luis Mora”, en Toluca, que resguarda colecciones hemerográficas y documentales fundamentales para la historia mexiquense; la Biblioteca Pública Central “Sor Juana Inés de la Cruz”, en Nezahualcóyotl, inspirada en la décima musa que representa el poder del conocimiento femenino; y la Biblioteca Pública “Isidro Fabela”, en Atlacomulco, un refugio del saber que lleva el nombre de uno de los intelectuales más destacados del Estado.


Además, la IBERO presenta la exposición “La tierra es azul como una naranja”, una muestra poética y visual que revive el espíritu creativo de los años noventa. A través de 36 lecturas-poemas digitalizadas del archivo de la revista Poesía y Poética, esta exhibición propone un diálogo entre la literatura y la tecnología, entre la nostalgia y la innovación.


Porque al final, cada estante es un puente entre el pasado y el futuro, y cada libro una conversación que nunca termina.
Las bibliotecas no son reliquias del ayer: son territorios vivos, donde la curiosidad, el arte y el pensamiento siguen respirando.