Parece que en el sector educativo algunos directivos de escuelas tanto públicas como privadas del Estado de México, dudan de la pertinencia de la indicaciones de la Secretaria de Educación, de priorizar la seguridad en los inmuebles antes que precipitar el regreso a clases; así también cuestionan los mecanismos para dictaminar los planteles tras el sismo de septiembre.

Los que deciden reanudar actividades aún cuando no están en las listas oficiales, ya muestran su nivel de respeto por las decisiones institucionales, y así han de imponer sus criterios en otros aspectos.

El reto para el novel Secretario de Educación estatal a partir de esta crisis, es mostrar eficacia, asertividad e imponer control y orden al sector para fortalecer la confianza de alumnos, padres y maestros.