Ya que el Secretario de Salud del Estado anda en tan buen plan resolviendo broncas y poniendo en orden su sector, bien haría en revisar cómo se han efectuado las adquisiciones de vacunas antirrábicas en los últimos años, para tomar medidas y evitar que un sólo proveedor se siga beneficiando sin justificación suficiente de la compra de esas vacunas sin que tenga competencia en la venta.

Según una investigación de Mexicanos contra la Corrupción desde hace nueve años, está situación irregular se da en diferentes entidades y en el propio gobierno federal, en perjuicio de las instituciones de salud, sin garantizar la máxima utilidad de los recursos públicos.

Es tiempo de corregir y que el Estado de México ponga el ejemplo frenando esta situación y fincando responsabilidades si alguien deliberadamente lo permitió. La Contraloría tiene mucho trabajo que hacer.