Mucha polémica ha causado la idea de someter a consulta la continuación o modificación del proyecto del Nuevo Aeropuerto de MEXICO, una vez que Lopez Obrador asuma el poder presidencial. La controversia deriva por una parte de lo riesgoso que sería tomar decisiones aprobadas popularmente pero inconvenientes técnicamente y además porque hasta ahora queda en la voluntad del próximo mandatario definir qué proyectos se consultan y cuáles no.

El aval social o la legitimidad de los grandes proyectos no tendría que contraponerse o pasar sobre su viabilidad y conveniencia, pero la única forma de superar esta trampa sería plantear criterios y reglas muy precisas para realizar las consultas. Esa es quizá una de las difíciles pruebas que el próximo gobierno no previó o mal calculan que con un golpe de autoridad quedará resuelto.