Sin fast track

Oscar Glenn

Sin fast track

Es difícil aceptar que en Morena, la obstinación por impulsar reformas tan importantes como la electoral,  se haga de forma trompicada y las potencialmente controvertible, respondiendo al mero interés "urgente" de economizar recursos y de reducir las atribuciones del árbitro electoral en el que nunca han confiado a pesar que desde la Reforma del 2014, el sistema electoral configurado por el INE y los OPLES, ha procesado 330 elecciones federales y locales, en paz, con mecanismos confiables, con procesos y procedimientos escrupulosos, dando lugar a la alternancia política y la gobernabilidad. Ojalá que no se olvide la experiencia y se pierda de vista que una Reforma Electoral no se construye a contra reloj ni de manera unilateral.


¿A que se atienen con esta insistencia, pese a que sus propios expertos han advertido que este famoso Plan B, incluye muchos elementos cuestionables y con altas probabilidades de ser rechazados en la Suprema Corte? Ojalá que no tuviéramos que pensar en el escenario que ya conocemos en que se cuestiona la confiabilidad del árbitro electoral y a partir de ello se crea el ambiente para rechazar resultados electorales que no favorezcan al partido en el poder, hoy obstinado con cambiar algo que probadamente funciona. Ojalá no nos dieran a pensar que confían en que pueden incidir en las decisiones de la corte suprema. Si, estamos presenciando como se trata de poner en juego el futuro del sistema democrático, funcional, confiable y perfectible, que curiosamente ayudaron a construir cuando eran oposición. Recordemos que para ser demócrata no basta pregonarlo, hay que actuar, respetar y valorar la opinión de los otros, de las minorías, como tantas veces lo reclamaron enérgicamente y hoy parecen haber olvidado.