En estos tiempos digitales mucho se ha hablado acerca de nuestra transformación a partir de la pandemia ¿pero será acaso que nuestros hábitos han evolucionado mucho más de lo que nos imaginamos? Muestra de ello es que, en esta celebración del Día del Amor y la Amistad, empezamos a identificar como tendencias que las muestras de afecto ahora implican el uso de tecnologías.

En realidad, es un tema bastante complejo puesto que hoy en día nuestro entorno digital es bastante amplio y la combinación de los diversos aplicativos de inteligencia artificial, tecnologías inmersivas, neuro-tecnologías y conectividad total, brindan en el ámbito comercial una serie de opciones que trasladan el amor y la amistad en el ámbito digital, el primero, a través del amor sintético en el que, se refiere a conexiones emocionales o afectivas con entidades no humanas, en el que los engaños en torno a la identidad del catfishing hoy se vuelven prácticas aceptadas a partir del enamoramiento hacia aplicativos de inteligencia artificial generativa, robots, así como, con avatares y personajes virtuales que, si bien tienen atrás un humano, varían rasgos de su personalidad o identidad; combinación de tecnologías que, inclusive pueden generar parejas sintéticas sobre demanda, que, asociadas con el uso de dispositivos como al Apple Vision Pro, puede provocar que le cambiemos la imagen a nuestra pareja, por el de una persona de nuestro interés, falsificación profunda que no solamente podría limitarse a la imagen, sino a la voz y demás impulsos eléctrico – químicos que le identifican a ella.

Por su parte, la tecno-sexualidad hace referencia al uso de dispositivos tecnológicos en los ámbitos de relacionamiento entre las personas que, van desde usos particulares de aplicaciones o gadgets asociados a las personas, que van desde el ámbito del matching para encontrar pareja, hasta el uso de dispositivos que miden e interactúan con las personas y que mejoran experiencia del usuario tomando como referencia las preferencias basadas en el uso de los datos de los dispositivos.

Estas tendencias nos confirman que, en parte, hemos superado las problemáticas que planteaba la ciencia ficción como en la película El Demoledor protagonizada por Silvester Stallone, en el que las personas interactuaban siempre a través de dispositivos virtuales, lo cual, nos lleva a plantearnos ¿el amor y la amistad se deben digitalizar? ¿es necesario empezar a poner límites a nuestra tecnificación?

Recuerden que para distinguir entre el amor real y el amor sintético, sus derechos en la era digital también les ayudan a resolver las reglas de lo humano y de lo ético, les invito a seguirme en FB, IG, Th, IN y X, dónde me encuentran como @luisricardosh.