Razón más que intuición

Oscar Glenn

Razón más que intuición

Ojalá
Por @OscarGlenn

Metidos ya en competencia pre electoral hiper extendida por la gubernatura del estado de México y la Presidencia en 2023 y 2024 respectivamente, ojalá de manera racional consideremos para construir la decisión de apoyar a uno u otro partido y sus contendientes -más allá de simpatía que cada personaje pueda inspirar o su capacidad verbal para prometer repartir apoyos a diestra y siniestra, así como lanzar críticas creativas a sus adversarios dentro y fuera de sus partidos- los planteamientos específicos de la visión que tiene para impulsar el desarrollo, la claridad con la que pueda establecer y comunicar las prioridades de trabajo, sus antecedentes, la eficacia probada para dar resultados, sus convicciones para respetar las leyes, algún elemento fehaciente de probidad y sobre todo la congruencia, que ya ha quedado claro, no es cosa menor.

Con todo y eso, reconozco, acabaremos por emitir el voto como una apuesta de fe, pero al no omitir nuestro deber ciudadano, contribuiríamos a elevar la oferta política, tenderíamos a buscar la fórmula de hacerlo cada vez mejor.

Pienso que no suena tan descabellado sugerir este análisis, si observamos que actualmente diversos estudios de opinión que periódicamente analizan, por ejemplo, la aprobación presidencial en la cual el mandatario personalmente tiene un alto nivel de aceptación, pero en la evaluación de sus resultados en rubros como la seguridad, la economía o la corrupción, salen a relucir malas calificaciones. Ahí ya hay una expresión de razonamiento, en el que se ponderan elementos diferentes, y debería ser trascendente, pero en estos tiempos poco efecto ha generado en la conducción de la administración.

Al parecer hay una noción tácita que cada aspirante a un cargo de elección popular tiene permitido manejar un doble discurso como un mal inevitable, candidatas y candidatos y suelen prometer abundantemente y sin reparo, pero a la hora de cumplir, adaptan, reducen, replantean o hasta desconocen sus compromisos de campaña, dejando en la indefensión a la ciudadanía. Eso tiene que acabarse.

Se sabe que se han formulado iniciativas de Ley para obligar a que los funcionarios electos sean sancionados por incumplir sus compromisos de campaña, pero hasta ahora no han sido analizadas. Ese es el campo fértil para la verborrea. Se han hecho esfuerzos por parte de la Sociedad Civil organizada para exigir esas pruebas de capacidad e integridad y muchas personas las han evadido. Por eso más necesario se hace que analicemos detenidamente y ojalá no lo dejemos a la intuición cada importante decisión. ¿Podemos confiar que quien no respeta la ley como aspirante lo haga como funcionario?

#PROVOCACIONES

#Cálculos: ¿Qué es más clientelar, entregar apoyos económicos aparentemente universales y sin intermediarios o entregar apoyos con base en padrones requiriendo cumplir con algunas obligaciones de capacitación y salud preventiva? ¿Qué ayuda más a superar la pobreza? ¿Los programas sociales definen elecciones?

#Memorias: ¿Todos los aspirantes tienen claro y explican a sus invitados a sus mítines que los programas sociales están establecidos por ley y no se pueden suprimir a voluntad individual?