Añoramos estar con ellos para volver a platicar, a reír, a sentirles entre nosotros y con nosotros…
¿Pero cuántas ocasiones rompemos la comunicación con quienes están a nuestro alrededor, prácticamente a la distancia de un brazo y todo porque se generó un malentendido?…
Así: mal-entendido, que dio lugar a un conflicto… y entonces las diferencias de opiniones, de sentimientos o de información, generan problemas entre amigos, familiares, socios, vecinos o parejas…
¿Hasta qué punto somos responsables de ese conflicto?
Hoy quisiera compartir unas pistas para saber si somos asertivos; es decir si tenemos la capacidad para comunicar correctamente, de manera clara y respetuosa, lo que deseamos y así lograr nuestro objetivo…
Propondría al auditorio calificar, del uno al cinco las siguientes características para valorar cómo comunicamos:
A) escuchar abierta y genuinamente.
B) expresar pensamientos y sentimientos propios sin herir ni atacar a la otra persona.
C) capacidad para aclarar los mensajes confusos.
D) capacidad para poner límites cuando sea necesario.
E) tener presente que uno no es responsable de conductas ajenas.
El puntaje más alto es 25 y el más bajo sería cinco… a partir de ahí podemos identificar con precisión nuestra forma de comunicar y ajustar lo necesario…
El reto es valorar a quienes tenemos junto a nosotros y enriquecernos para, finalmente, ser mejores seres humanos…