A escala mundial, más de 70 por ciento de las mujeres llevan a cabo labores de cuidados no remunerados, trabajo invisibilizado y no reconocido que rebasa la jornada laboral remunerada, señaló Celeste Cruz Avilés, técnica académica adscrita al Departamento de Vinculación Social de la Dirección General de Orientación y Atención Educativa de la UNAM.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo son dos tipos de actividades superpuestas: las acciones de cuidado directo, personal y relacional -como dar de comer a un bebé o atender al cónyuge enfermo- y las indirectas, es decir, cocinar y limpiar, explicó ante Isidro Ávila Martínez, titular de la Dirección General de Proveeduría (DGPr), de la UNAM.
En nuestro país, nueve de cada 10 personas que realizan el trabajo doméstico son mujeres; 2.3 millones de ellas se dedican a esa labor, sin salarios justos y dignos, ni aguinaldo, servicio médico, vacaciones, horarios fijos o pagos extras por jornadas de más de ocho horas; todo ello relacionado con un tema de discriminación, así como violencia física y emocional, puntualizó.
De igual forma, el personal de salud, las enfermeras en general, no reciben un salario adecuado, a pesar de que su labor es ardua e importante.
En la charla Cuidado y Derechos Humanos, organizada por la DGPr, la integrante de la Red de Académicas Feministas, la Red de Gestoras Culturales de México y de Cuidadoras Comunitarias en Red, expuso que la pandemia hizo visibles problemáticas como esas.
En aquel momento, rememoró, los investigadores varones tuvieron una sobreproductividad, mientras que ellas no o la vieron disminuida por dedicar su tiempo a los cuidados, además del teletrabajo.
Cruz Avilés recordó que recientemente, en agosto pasado, la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció las dimensiones del cuidado como garantía fundamental.
En el auditorio de la DGPr, y en ocasión del Mes de los Cuidados, mencionó que la UNAM cuenta, a partir de 2021, con el Programa de Corresponsabilidad en los Cuidados, el cual se ha enfocado a la infraestructura.
Los espacios son diversos y responden a distintos requerimientos. Hay aquellos que favorecen el ejercicio de múltiples atenciones como son baños neutros multigénero o de acceso universal para personas con discapacidad, al igual que de cuidados para la gestión de productos menstruales o lactarios.
Manifestó que a veces se piensa que cuidar está asociado a una relación de amor: a los hijos o familiares, y que es una forma de corresponder, por ejemplo, a los padres. Pero no todos pueden realizarse sin conocimientos; es un tópico relacionado también con lo comunitario.
Durante nuestra vida, desde el nacimiento hasta la muerte, requerimos atenciones de distintas formas. Pero ¿cómo nos gustaría que fueran? Según nuestras necesidades, sin que se nos estigmatice o se minimice nuestra experiencia, sin invalidarnos, porque nadie sabe lo que estamos sintiendo o las dificultades a las que nos enfrentamos.
Además, es elemental el autocuidado; siempre estamos a tiempo de adquirir buenos hábitos, como una alimentación balanceada, hidratación, hacer ejercicio o dormir bien. Si tenemos un estado de bienestar físico, mental, emocional y espiritual, nos podemos relacionar con los otros de manera más plena, con respeto, empatía y solidaridad.
Hay que tomar en cuenta a las personas cuidadoras que sufren un desgaste físico, emocional y mental. Se requiere la rotación de esas tareas, porque también se cansan y se enferman. “Hay que cuidar a quien cuida”.
Se requiere un avance jurídico porque se habla de licencias de maternidad, pero poco de las de paternidad o parentales. Además de los hijos, en ocasiones se debe atender a los padres o la pareja, aclaró.
En tanto, Isidro Ávila coincidió en que no hay duda que todos tenemos ese derecho humano, y para ello existe la corresponsabilidad de la población y las autoridades. “Ahí debemos relacionarnos todos”.
En un mundo donde todo se monetiza, hay ganancias más importantes para una sociedad: el bienestar y la seguridad, y se deben instrumentar políticas para hacer efectiva la prerrogativa al cuidado, concluyó.
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