• Este hábito evitará sufrir abusos de cualquier índole, dice especialista
Para quienes tomamos un libro acompañado de un café o sin él, la lectura no solo es un derecho u obligación, es un gusto también. Este hábito es importantísimo, ayuda generar cultura y abre mucho la capacidad imaginativa de cualquier persona.
Eduardo Flores Solís, docente y profesional en artes escénicas, también narrador participo en un programa en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, donde sostuvo que aprender a leer, al igual que a comunicarse y caminar, es parte de la naturaleza humana, por eso, es necesario fomentar la lectura, para que, además de ejercer ese hábito como un derecho, la persona adquiera información para no ser víctima de abusos políticos, sociales o laborales.
Explicó que al leer, la gente es más libre, al activar su imaginación y se complementa en su existencia, por tanto, mientras menos lea, será más vulnerable y proclive a sufrir arbitrariedades e injusticias en su persona, y a que sus derechos sean trastocados, por lo que se debe inculcar el gusto y esa necesidad desde la niñez.
Por último, indicó que México debe dejar de ser un país cuyos habitantes consuman un promedio de dos libros al año, y pasar a ser un lector y productor de al menos, una decena anual por persona.
Eduardo Flores Solís, docente y profesional en artes escénicas, también narrador participo en un programa en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, donde sostuvo que aprender a leer, al igual que a comunicarse y caminar, es parte de la naturaleza humana, por eso, es necesario fomentar la lectura, para que, además de ejercer ese hábito como un derecho, la persona adquiera información para no ser víctima de abusos políticos, sociales o laborales.
Explicó que al leer, la gente es más libre, al activar su imaginación y se complementa en su existencia, por tanto, mientras menos lea, será más vulnerable y proclive a sufrir arbitrariedades e injusticias en su persona, y a que sus derechos sean trastocados, por lo que se debe inculcar el gusto y esa necesidad desde la niñez.
Por último, indicó que México debe dejar de ser un país cuyos habitantes consuman un promedio de dos libros al año, y pasar a ser un lector y productor de al menos, una decena anual por persona.
