Opiniones

La ansiada igualdad de género

La ansiada igualdad de género

Una de las desigualdades que más fácilmente se puede identificar, entre las mujeres, es la económica. En 2024 hay 53.3 millones de mexicanas mayores de 15 años de quienes 24.7 millones tienen trabajo remunerado. Nuestro gran problema es que 13 millones trabajan en la informalidad, de ellas, 5 millones son emprendedoras. De los 11.7 millones que trabajan en la formalidad sólo 1.1 son emprendedoras.


De los 28.5 millones que no participa en el mercado laboral, 25 millones no busca trabajo y 3.5 no busca, pero aceptaría uno. El 69% de quienes no tienen ingresos se dedica exclusivamente a tareas de cuidado del hogar. Quiero resaltar que se calcula que el trabajo no remunerado (de las mujeres) equivale al 24% del PIB nacional. Mientras los hombres dedican 16 horas semanales al trabajo del hogar, las mujeres dedican 40 horas en promedio.


Respecto al sector público, México es el tercer país de Latinoamérica con menos presencia de mujeres en los puestos de mayor nivel jerárquico. En el gobierno federal actual 47% de las titulares de secretarías de Estado son mujeres, mientras en los niveles subsecuentes este porcentaje se reduce al 33% en jefaturas de unidad y direcciones generales. Dado que en esta publicación tenemos muchos números les cuento que la empresa IPSOS dio a conocer, en el marco del Día Internacional de la Mujer, los resultados de su encuesta denominada “Actitudes globales hacia el liderazgo femenino”. Esta encuesta se levantó en 31 países y los resultados son muy ilustrativos del pensamiento entre diversos grupos de edad. Por espacio sintetizaré a algunos de los hallazgos y resultados, principalmente, los relativos a la cultura política. Los hallazgos clave en el mundo:



  1. Las generaciones jóvenes no son las más progresistas. La generación Z y los millennials son más propensos a pensar que si un hombre se queda en casa para cuidar a sus hijos es menos hombre, y que cuando se trata de dar a las mujeres los mismos derechos que a ellos, las cosas han ido bastante lejos.

  2. Los hombres jóvenes son más conservadores en cuestiones de igualdad. Hay una diferencia de 20 puntos entre hombres y mujeres de la Gen Z en la afirmación “hemos ido tan lejos en la promoción de la igualdad que estamos discriminando a los hombres”. Sin duda es un obstáculo que alrededor de la mitad de las personas (52%) en 31 países piensan que se pide demasiado a los hombres para apoyar la igualdad de género y 46% considera que es cierto que estamos discriminando a los hombres.

  3. La gente no tiene preferencias sobre el género de sus líderes, pero la experiencia importa. Las personas que han tenido la experiencia de vivir o trabajar con líderes de ambos sexos son menos propensas a tener preferencias por el sexo del líder. Este resultado muestra que hay signos de progreso hacia la igualdad. La gente piensa que los líderes masculinos y femeninos son igual de buenos (o malos) a la hora de cumplir una serie de objetivos políticos y empresariales. El 55% piensa que son igual de buenos para crear una empresa financieramente exitosa e innovadora.

  4. El apoyo de los hombres es necesario. La gente reconoce que la colaboración masculina es importante, el 65 % está de acuerdo en que las mujeres no alcanzarán la igualdad en su país a menos que los hombres tomen medidas para apoyar los derechos de las mujeres.


En México, tampoco hay una marcada diferencia en la preferencia del sexo de los líderes. Cuando se pregunta a los mexicanos si preferiría hombre o mujer, o no tendría preferencia, en la elección de un líder político, el 61% responde no tener preferencia. Resalto que el 12% prefería hombre y el 25% mujer. No cabe duda estamos en los tiempos de la mujer.


Como veíamos párrafos arriba, la experiencia de haber vivido bajo el liderazgo político femenino (37%) y de ambos géneros (49%) ha contribuido a aceptar la capacidad de ambos géneros. Lamentablemente, en el combate a la delincuencia aflora el pesimismo entre los encuestados pues el 37% dice que ambos géneros son igual de malos y el 41% dice son igual de buenos.


Hasta aquí los números. Las cifras que presenté nos muestran la importancia de contar con un gran programa gubernamental para resolver el problema de los cuidados. Plantear un sistema nacional de cuidados, desde estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, médico en tu casa, cuidados para adultos mayores es indispensable para que las mujeres dejen de ser cuidadoras y se dediquen a cualquier actividad que deseen.  Necesitamos avanzar en su libertad económica para que las mujeres tengan una solvencia económica y alcancen su pleno desarrollo personal. Además, deben contar con seguridad social y, si así lo deciden, obtener financiamiento para ser emprendedoras.  En este último aspecto, los gobiernos municipales tienen una gran tarea.


Cuando revisamos lo necesario para vencer los obstáculos que todavía dificultan la igualdad de las mujeres vuelve a ser evidente que necesitamos un mundo para todas y todos, un mundo incluyente y democrático, donde no existan divisiones de odio y discriminación. Un mundo, un país, en el que podamos vivir sin miedo y donde podamos expresarnos abiertamente sin más límite que el respeto el derecho de terceros.