Opiniones

Qué complicado es ser mujer…

Qué complicado es ser mujer…

Somos las malabaristas del tiempo, tenemos que encontrar tiempo para el trabajo, para la familia, para los amigos, para ser mujer, compañeras, deportistas, empresarias, hijas. Etc., lo anterior no ha sido fácil, han sido una lucha de años para poder ganarse cada uno de los espacios en los que hoy en día tiene participación la mujer: tanto en lo social, político, académico, deportivo, militar, artístico y mucho más. Porque hoy en día, las mujeres tenemos participación en todos lados y donde sea.


También es cierto que la parte de la responsabilidad familiar y del hogar no queda fuera. Pues aún nuestro género continúa con la mayor obligación en casa. Incluso si tiene una pareja que también contribuye en casa activamente, les aseguro que las mujeres seguimos siendo las responsables del lavado de la ropa, las compras, los hijos y de tener los baños limpios.


Y aunque pareciera queja, no lo es. Es solo una invitación a que los hombres, padres de familia, nuestras parejas e hijos, reconozcan, pero sobre todo valoren el papel que una mujer, madre de familia, hermana o cuidadora del hogar tiene.


Me pongo a pensar en los tiempos en que una mujer “no trabajaba” fuera de casa. Su responsabilidad igual era muchísima y, lamentablemente, no era valorada; por el contrario, era minimizada.


Hoy las mujeres tenemos que hacerlo, y aunque no directamente, sí estar pendiente de que se haga y, por supuesto, asegurarse de que se cumpla con esto.


Lo complicado de ser mujer es que una mujer día a día se destruye y se construye, se cae y se levanta. Porque ha tenido que aprender a ser más, a esforzarse más, a aprender más, a prepararse más.


Sin embargo, pese a las victorias alcanzadas, los sueños realizados, los triunfos logrados, las mujeres en nuestro país continúan siendo víctimas de la desigualdad, de la inequidad, de la violencia, la discriminación y el abuso en todas las esferas en las que ya se tiene un lugar.


Se ataca a la mujer por su color de piel, por su raza, por su complexión de cuerpo, es sexualizada y, como muchas de las mujeres que tienen un papel importante ya sea como académica, empresaria, directora, política, esta tuvo que haber trabajado el doble de lo que lo hubiera hecho un hombre para “ganarse” esa posición.


Lo complicado de ser mujer es que es una batalla diaria, tanto en la escuela, en la calle, en la oficina, en las empresas, el transporte público y en casa. Batallas en las que en ocasiones ganamos, y si no ganamos, hemos aprendido a reponernos del fracaso, para iniciar otro día más en una nueva lucha y batalla.


Hoy 8 de marzo, más que una celebración, es un reconocimiento de todas esas mujeres que han estado en esa lucha, en esa batalla para que tengamos un espacio en cualquier lugar. Hoy también es momento de reconocer que el precio de todo lo anterior ha sido alto, se ha pagado con sangre, con muertes, con violencia, con la soledad y el abandono por pelear esa causa.


Pero, ¿saben cuál es la batalla más importante que las mujeres han ganado a lo largo de todos estos años que se convirtieron en siglos, y que ha permitido obtener cada uno de los lugares que se tienen? Fue el miedo. Las mujeres dejaron de tener miedo, y hoy se enfrentan a todos y contra todos porque dejaron de tener miedo.


Por todas, por nuestras hijas, por nuestras madres, #niunamas.


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