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Encuestas y elecciones

Encuestas y elecciones

Opinión yAnálisis de Paul Valdes Cervantes


Al finalizar las precampañas a Gobernador del Estado de México, lo más responsable es reportar preferencias brutas, de tal forma que se pueda identificar claramente cual es el nivel de preferencia por cada partido y coalición, pero también conocer cual es el tamaño de los independientes, indecisos y de la no respuesta que puede rondar el 20%. Cuando se dan a conocer las preferencias efectivas, sobreestimamos al puntero de la campaña, porque se asume que el 20% de los indecisos terminarán por distribuirse proporcionalmente entre todas las fuerzas, lo cual es un supuesto frecuentemente erroneo.


 A la pregunta, de cuál era la mejor encuesta posible, los políticos respondían que era aquellla que los ponia en el primer lugar. Esta vieja anécdota revela la sobredimension que, en algunos casos, se les da a las encuestas.


 Las encuestas estiman el comportamiento electoral bajo principios científicos y niveles de confianza, pero no estan exentas de errores muestrales y  humanos. En cada ciclo electoral, tenemos cada vez un mayor número de encuestas publicadas, la mayoría de ellas levantadas con métodos emergentes como las encuestas en línea y en redes sociales, por lo que es importante conocer algunas de las principales recomendaciones para leer encuestas electorales, así como la reglamentación básica que el INE ha creado para regular su publicación en medios. La regla del INE se basan en identificar claramente a la empresa que hace la encuesta, cómo la hace (metodología) y quién la financía, de tal manera que que su publicación se apegue a criterios de mayor transparencia.


 La Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado (AMAI) ofrece un conjunto de reglas y consejos para interpretar las encuestas electorales en https://www.amai.org/descargas/el_abc_de_opinion_publica_amai.pdf.


 Las encuestas se parecen más a una fotografía de un momento específico de la campaña que a un pronóstico exacto; por lo tanto, hay que tener atención en la evolución batalla electoral, los temas de coyuntura, así como en identificar cual es el eje principal de la misma como puede ser el eje de cambio-continuidad, la evaluación de atributos personales de los candidatos, o puede ser también un eje temático como una problemática o una solución pública.


 En este momento del proceso para elegir al futuro Gobernador (a) del estado de México, lo más responsable es reportar preferencias brutas, de tal forma que se pueda identificar claramente cual es el nivel de preferencia por cada partido y coalición, pero también conocer cual es el tamaño de los independientes, indecisos y de la no respuesta que puede rondar actualmente el 20%. Cuando se dan a conocer las preferencias efectivas, sobreestimamos al puntero de la campaña, porque se asume que al acercarse la jornada electoral, ese 20% de indecisos terminarán por distribuirse proporcionalmente entre todas las fuerzas, lo cual es un supuesto frecuentemente erroneo.


 Las encuestas pueden proporcionar información clave al público votante a manera de un monitor de una carrera de autos o caballos, pues nos dicen quien es el puntero, quienes son los seguidores, y cual es la distancia entre ellos. Algunos de los efectos de las encuestas en las campañas son la teoría del carro ganador, y el voto útil. En el primer caso, los ciudadanos que observan una elección abierta, con ventaja amplia e irreversible, deciden apoyar al puntero porque les gusta jugar como ganadores.


 El caso del llamado voto estratégico o útil, se puede dar en elecciones cerradas y de segunda vuelta, en el que en la última parte de la campaña, algunos ciudadanos pueden cambiar su preferencia y realizar un voto útil, es decir, deciden retirar el apoyo a un candidato o partido con pocas probabilidades de ganar para votar a favor del que tenga mayores probabilidades de derrotar al puntero de la contienda.


 


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