En política no hay sorpresas sino sorprendidos, al menos eso reza la conseja popular.
Durante los últimos meses, después de la derrota de la alianza va por Mexico en la entidad, muchos apostaron al deterioro de las relaciones de poder y al fracaso político de la maestra Delfina Gomez al frente del gobierno.
A una semana de haber asumiendo el cargo la gobernadora ha dado claras muestras de mesura y tranquilidad. La conformación de su gabinete delinea perfectamente que las decisiones las está tomando ella y no se ha dejado ni manipular ni que le impongan prácticas del pasado que provocaban el aparcelamiento del gobierno. Hay, por el contrario, un justo equilibrio entre políticos experimentados y especialistas al frente de cada una de las secretarías del gabinete del nuevo gobierno.
La ausencia de políticos de renombre o de personajes de la vida política de siempre ha causado comentarios mal intencionados y, a decir de muchos denota inexperiencia. Se trata en realidad de una de una renovación de la clase política de la entidad.
Un gobierno como el que encabeza la maestra Delfina Gómez, producto de la aspiración popular de transformación expresada en las urnas no podría hacer otra cosa. Apostar a los especialistas y a gente joven sin compromisos políticos tradicionales que sumieron a la entidad en el desastroso lugar en que se encuentra ha sido lo correcto.
La apuesta es alta y los objetivos también. La entidad requiere soluciones y la gobernadora ha tomado la decisión de jugar fundamentalmente con gente joven y con experiencia en cada uno de los rubros. Personalmente creo que ha sido lo correcto y que empieza con el pie derecho.
La transformación, como lo ha dicho el presidente López Obrador debe empezar de arriba hacia abajo. A cada uno de los nuevos titulares de las dependencias del ejecutivo estatal les deseo éxito tienen la enorme encomienda de dar resultados muy pronto.
