Miembro de la Escuela de Derecho del Tec de Monterrey
En 1990 se crea un órgano electoral independiente que diera certeza electoral a la ciudadanía mexicana, y fue en 1996 cuando se logró darle autonomía a este órgano electoral conocido como el IFE y limitar la influencia del Estado en las elecciones para que pudieran ser manipuladas.
Ahora se intenta desmantelar nuestra democracia con la llegada de un líder carismático, que presume sus altos índices de popularidad, y apoyado de falsas promesas. Este líder ha ejercido su función como presidente culpando de todo a las instituciones y al pasado, usando el resentimiento y el enojo popular para lograr sus objetivos. Atacar a la democracia, debilitar a las instituciones y cambiar las reglas del juego a su favor.
A la sociedad mexicana se le acusa de carecer de memoria, pero aquella que, si recuerda, valora los logros obtenidos y se opone a la postura del presidente, que impotente y ofendido por esta oposición ciudadana denosta e insulta a la sociedad que trata de proteger a sus instituciones. El discurso presidencial impacta entre sus seguidores apelando al enojo. Pero, si ese enojo se transformara en acción constructiva, sería positivo. Pero el objetivo del presidente es que el enojo se quede estancado y se transforme en resentimiento y odio para aquellos que son obstáculo para ejercer su poder a plenitud.
Es tal el nivel de sus ofensas, que llegan a alcanzar un nivel de normalidad al repetir los insultos del presidente que se vuelven parte de la conversación pública. Parece que es "normal" que el jefe de estado insulte a sus conciudadanos y que estos, ofendidos, lo repitan. Se debe evitar caer en la trampa que el titular del ejecutivo plantea y no caigamos en el poder distractor del lenguaje tóxico del presidente y enfoquemos toda nuestra energía en la batalla que más importa: la defensa del INE y de las elecciones libres. Ahí es donde se juega todo el futuro de México.
Si tienes memoria, no puedes dejar que el Estado se apropie de las elecciones. En México, muchas cosas se deciden con violencia, la democracia no. Defender al INE es defender la paz. Ya no más violencia.