Tres veces Moreno
Opinión Y Análisis de Ricardo Moreno Bastida
Opinión Y Análisis de Ricardo Moreno Bastida
Ni Erick Sevilla ni Enrique Vargas del Villar tienen el poder suficiente, por si mismos, para poder tomar una decisión sobre la materialización de una alianza del PRI, PAN y PRD rumbo a la elección de gobernador del próximo año. Es mas, la decisión se tomara fuera del estado y solamente un mexiquense será, en todo caso, consultado. El Gobernador Alfredo del Mazo.
En realidad la decisión sobre esa alianza corresponde a la estrategia nacional que tenga cada partido con miras a la elección federal de 2024 en la que se elegirá presidente de la República, senadores y diputados federales así como varias candidaturas a gobernador.
Sin duda las oligarcas que han sido desplazados por la 4T seguirán impulsando una alianza de esta naturaleza a pesar de los pésimos resultados que ha tenido hasta el momento pues tanto el PRI como el PAN han perdido gran parte de su voto duro en los procesos electorales pasados. Como lo he sostenido desde hace varios años en la política hay sumas que restan y restas que suman. Esa es la moraleja de las pasadas elecciones en las 6 gubernaturas que se pusieron en juego. Ninguno de esos dos partidos alcanzaron a sumar su voto duro y no se generó un efecto que volviera atractiva al electorado su alianza. Ambos perdieron votos por una razón muy simple. La política y la aritmética son dos ciencias distintas.
Por esas razones ambas formaciones estarán estudiando con detenimiento si siguen en una alianza de esta naturaleza o deciden ir por el voto duro que han perdido en los pasadas elecciones o, bien, ratificar esa alianza a sabiendas de que no cuentan con un candidato presidencial atractivo que pueda impulsar un posible triunfo. Las cúpulas de esos partidos no están pensando en ganar la presidencia. En realidad conocen cual es su circunstancia y su debilidad. Por eso trataran de atrincherarse con el mayor número de diputados y senadores posibles, en particular los plurinominales y esperar que pase la tormenta. Valorarán cuál será su papel como oposición con un presidente de morena distinto de López Obrador y, a partir de ello, reconstruirse o reinventarse.
Por eso la decisión sobre la alianza no se tomará en suelo mexiquense. Eso corresponde a una visión mas amplia porque de ello depende el futuro de los partidos que la integrarían. Los números y las derrotas indicarían que la estrategia de la oposición tendría que cambiar pero hay quienes se han hecho resilientes con la derrota; Tanto así, que hasta la festinan.
En realidad la decisión sobre esa alianza corresponde a la estrategia nacional que tenga cada partido con miras a la elección federal de 2024 en la que se elegirá presidente de la República, senadores y diputados federales así como varias candidaturas a gobernador.
Sin duda las oligarcas que han sido desplazados por la 4T seguirán impulsando una alianza de esta naturaleza a pesar de los pésimos resultados que ha tenido hasta el momento pues tanto el PRI como el PAN han perdido gran parte de su voto duro en los procesos electorales pasados. Como lo he sostenido desde hace varios años en la política hay sumas que restan y restas que suman. Esa es la moraleja de las pasadas elecciones en las 6 gubernaturas que se pusieron en juego. Ninguno de esos dos partidos alcanzaron a sumar su voto duro y no se generó un efecto que volviera atractiva al electorado su alianza. Ambos perdieron votos por una razón muy simple. La política y la aritmética son dos ciencias distintas.
Por esas razones ambas formaciones estarán estudiando con detenimiento si siguen en una alianza de esta naturaleza o deciden ir por el voto duro que han perdido en los pasadas elecciones o, bien, ratificar esa alianza a sabiendas de que no cuentan con un candidato presidencial atractivo que pueda impulsar un posible triunfo. Las cúpulas de esos partidos no están pensando en ganar la presidencia. En realidad conocen cual es su circunstancia y su debilidad. Por eso trataran de atrincherarse con el mayor número de diputados y senadores posibles, en particular los plurinominales y esperar que pase la tormenta. Valorarán cuál será su papel como oposición con un presidente de morena distinto de López Obrador y, a partir de ello, reconstruirse o reinventarse.
Por eso la decisión sobre la alianza no se tomará en suelo mexiquense. Eso corresponde a una visión mas amplia porque de ello depende el futuro de los partidos que la integrarían. Los números y las derrotas indicarían que la estrategia de la oposición tendría que cambiar pero hay quienes se han hecho resilientes con la derrota; Tanto así, que hasta la festinan.
