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El valor de la confianza

El valor de la confianza

-Si bien las empresas manifiestan sentirse esperanzados en el futuro del país y de sus empresas, cuando se les pregunta si este es el mejor “momento para invertir”, todos los sectores encuestados manifiestan una perspectiva pesimista.

La palabra confianza, viene del latín “confidáre” o “confidére” del verbo confiar, que implica creer en el otro con quien se establece una conexión, si bien para algunos, parte de un sentimiento muy personal, confiar implica entregar una parte de la esencia (de forma consciente y voluntaria) a otra persona, ser vivo, institución o divinidad, por lo que ésta puede consolidarse, romperse o perderse.


¿Se puede medir la confianza? La respuesta es sí, al menos en lo que respecta a nuestra relación con el entorno económico y la forma en la que impacta en nuestras decisiones. Es el INEGI la institución encargada de medirla mensualmente a partir de los índices de confianza que nos muestran que tanto confiamos en nuestro entorno, si creemos que las cosas están bien o no en la actualidad y que esperanza tenemos que mejorarán en el futuro.


INEGI mide la confianza de las personas en su papel de consumidores, pero también en su rol de productores de todos los bienes y servicios que satisfacen nuestras necesidades, de ahí su importancia.


De acuerdo con el indicador de confianza empresarial publicado por el INEGI para fines del 2021, si bien las empresas manifiestan sentirse esperanzados en el futuro del país y de sus empresas, cuando se les pregunta si este es el mejor “momento para invertir”, todos los sectores encuestados manifiestan una perspectiva pesimista e incluso se muestran menos dispuestos a invertir en el 2022 en comparación con el 2021.


¿Y por qué es tan preocupante este dato? Porque cuando las empresas no invierten, no se crean suficientes empleos y por lo tanto existen más familias que no cuentan con los ingresos que necesitan para vivir o deben conformarse con empleos mal pagados e informales, por otro lado, el gobierno no recauda lo suficiente para cumplir con sus compromisos y tiene que recortar sus presupuestos o reducir la calidad de sus servicios, por ejemplo reduciendo los servicios médicos o educativos, y ello provoca a la larga una espiral de subdesarrollo y pobreza que nos afecta a todos.


¿Y de qué depende la inversión? No sólo depende de una expectativa de ganancia esperada, como algunos suponen, sino de un entorno confiable porque las reglas del juego son claras y se cumplen, existen mecanismos para resolver con justicia las controversias y la tramitología para la apertura de nuevas empresas no es un camino al purgatorio.


Cuando las empresas no confían, deciden no crecer, no producir más bienes y servicios o en casos extremos, cerrar o trasladar sus recursos a otros entornos más confiables, en México en los últimos meses han salido del país más de 34 mil millones de dólares, la cifra más alta en los últimos 22 años y se espera que la tendencia se mantenga durante este año.


De acuerdo con la última encuesta dada a conocer por Citibanamex, se espera que México crezca menos del 3% para el 2022, cuando el 2021 cerrará con una perspectiva de poco más del 5%, no por falta de recursos, fuerza de trabajo o esperanza, sino por falta de confianza, está que sin duda hoy tiene un valor más allá de los indicadores y que nos afecta a todos por igual.


MGPP Cynthia Valeriano López
Catedrática del Tec de Monterrey, Campus Toluca
cvaleriano@tec.mx