Con el respaldo del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático; del Centro de Innovación Aplicada con Tecnología Competitiva (CIATEC), y del Colegio de Arquitectos del Estado de México.
Con el propósito de abatir los índices contaminantes en la producción de tabique artesanal, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), delegación Estado de México, impartió el taller "Análisis de la Demanda de Tabique, Tabicones y Bloques en la Construcción", reafirmando su vocación socialmente responsable, señaló Enrique Pimentel Pichardo, vicepresidente de MYPIMES, al inaugurar el evento a nombre del presidente de la organización empresarial, Ismael Martínez Martínez.
Para la impartición de esta capacitación, se contó el respaldo del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático; del Centro de Innovación Aplicada con Tecnología Competitiva (CIATEC), y del Colegio de Arquitectos del Estado de México, y asistieron productores, autoridades ambientales y constructores estatales y municipales, donde se destacó que las familias de los productores son las primeras víctimas de estos contaminantes, por lo que es preciso reducir al máximo las emisiones de gases con efecto invernadero, a través de la utilización de tecnologías sustentables.
Ante la presencia de Homero Pedraza Arriaga, vicepresidente del Colegio de Arquitectos del Estado de México y de Claudia Bárcenas Blancarte, de CIATEC, el maestro Enrique Kato, director de Technology Solutions advirtió que la producción de ladrillo artesanal se realiza principalmente por familias donde se utiliza la fuerza laboral de mujeres, niños y algunos empleados.
El objetivo de estos talleres, precisó, es promover las soluciones a los temas de la contaminación, como parte del compromiso internacional de México en la materia, a partir de analizar la demanda de esos materiales y los productos que le compiten en el mercado, a efecto de elevar el conocimiento sobre el sector de la construcción en México y proporcionar un portafolio de instrumentos de política pública para atender las necesidades de cada tipo de productor.
Se pretende erradicar la utilización de aceites, plásticos y llantas en la producción de ladrillo artesanal y sustituirlos por combustibles más limpios, dijo Enrique Kato y agregó que, como actividad informal, no hay un registro exacto de productores de ladrillo en el país, aun cuando INEGI reporta que son 17 mil, de los cuales la mayor porte se concentran en Puebla, Guanajuato, Jalisco y Estado de México.
En los precios del ladrillo artesanal, que va de 1 a 6 pesos la pieza, generalmente se sacrifica la mano de obra de los familiares del productor, apuntó el maestro Kato y explicó que una gran desventaja para el sector, son las diversas medidas con las que fabrican el producto, perdiendo competitividad en el mercado, aunque reconoció que las nuevas generaciones están más dispuestas a realizar los cambios necesarios con tecnologías sustentables y de necesidades del mercado.
Para la impartición de esta capacitación, se contó el respaldo del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático; del Centro de Innovación Aplicada con Tecnología Competitiva (CIATEC), y del Colegio de Arquitectos del Estado de México, y asistieron productores, autoridades ambientales y constructores estatales y municipales, donde se destacó que las familias de los productores son las primeras víctimas de estos contaminantes, por lo que es preciso reducir al máximo las emisiones de gases con efecto invernadero, a través de la utilización de tecnologías sustentables.
Ante la presencia de Homero Pedraza Arriaga, vicepresidente del Colegio de Arquitectos del Estado de México y de Claudia Bárcenas Blancarte, de CIATEC, el maestro Enrique Kato, director de Technology Solutions advirtió que la producción de ladrillo artesanal se realiza principalmente por familias donde se utiliza la fuerza laboral de mujeres, niños y algunos empleados.
El objetivo de estos talleres, precisó, es promover las soluciones a los temas de la contaminación, como parte del compromiso internacional de México en la materia, a partir de analizar la demanda de esos materiales y los productos que le compiten en el mercado, a efecto de elevar el conocimiento sobre el sector de la construcción en México y proporcionar un portafolio de instrumentos de política pública para atender las necesidades de cada tipo de productor.
Se pretende erradicar la utilización de aceites, plásticos y llantas en la producción de ladrillo artesanal y sustituirlos por combustibles más limpios, dijo Enrique Kato y agregó que, como actividad informal, no hay un registro exacto de productores de ladrillo en el país, aun cuando INEGI reporta que son 17 mil, de los cuales la mayor porte se concentran en Puebla, Guanajuato, Jalisco y Estado de México.
En los precios del ladrillo artesanal, que va de 1 a 6 pesos la pieza, generalmente se sacrifica la mano de obra de los familiares del productor, apuntó el maestro Kato y explicó que una gran desventaja para el sector, son las diversas medidas con las que fabrican el producto, perdiendo competitividad en el mercado, aunque reconoció que las nuevas generaciones están más dispuestas a realizar los cambios necesarios con tecnologías sustentables y de necesidades del mercado.
