La clave para avanzar más rápido en ese sentido está en traer inversiones de manera directa. "México tiene tecnología propia, pero necesita la participación de tecnologías que vienen de fuera, para así potencializar sus actuales ventajas para avanzar en el mercado de Estados Unidos, inclusive China", comentó.
Al revisar el intercambio comercial entre nuestro país y la nación asiática de 2013 a 2020, el también profesor del Posgrado en Economía de la UNAM explicó que las exportaciones mexicanas de autos terminados superaron a las chinas, mientras que en el segmento de autopartes los productos asiáticos arrojaron saldos comerciales favorables.
En el marco de la charla "Comercio bilateral del sector automotriz entre China y México (2003-2020) ante las fricciones estadounidenses", organizada por el Centro de Estudios China-México (CECHIMEX) de la Facultad de Economía, Liu Xue Dong indicó que la nación mexicana puede apostar por la importación de autos chicos -denominados compactos y subcompactos- procedentes del país asiático y de Estados Unidos, lo cual le beneficiaría al reducir costos para los consumidores y fabricantes.
El economista puntualizó que las principales fricciones con Estados Unidos se derivan de las llamadas reglas de origen que han llevado a que los aranceles sean bajos para naciones como México, incluso en plena guerra comercial (2018-2020), pero para China no.
Puso como ejemplo que en lo que va del año estos impuestos aumentaron más de 800 por ciento. Hasta hace poco un contenedor proveniente de China costaba tres mil dólares, ahora 15 mil dólares. Con eso, obviamente resta su competitividad.
Esto llevó a que México se convertiera en su "puerta trasera", más allá de si exporta autos, pues importa autopartes (especialidad china) porque nuestro país no cobra los aranceles a las importaciones de esa nación como lo hace EU, reflexionó Xue Dong.
En cuanto a la escasez actual de chips, que afecta de manera considerable a la industria automotriz, el investigador recordó que se debe a varios factores: el fabricante carece de inventario debido a que está en espera de materiales para producirlos; los autos eléctricos usan cada vez más de estos dispositivos (de mil 700 a mil 800) con respecto a los convencionales (de 500 a 600); es decir, a mayor tecnología en el vehículo, mayor número de chips.