La moral es sólo un árbol que da moras

Oscar Glenn

La moral es sólo un árbol que da moras

El acto plagiario es consecuencia del acto creativo y todo creador necesita inspirarse de los conocimientos y experiencias previas de sus predecesores y que es normal topar con coincidencias de estilos, tendencias, recursos, formas expresivas, etc.


El plagio doloso, es frecuente desde los clásicos hasta la actualidad. Virgilio y Cicerón lo sufrieron, al igual que Cervantes, Shakespeare o Mozart. Por ejemplo, el galardonado Carlos Fuentes recibió la acusación de plagio en 1995 por parte del también escritor Víctor Celorio. Según este, pueden encontrarse en “Diana o la cazadora solitaria” (1994) unas 110 coincidencias textuales y varios personajes excesivamente similares a los de la obra de Celorio “El unicornio azul”, de 1985, difundida en una tirada reducida a costa del propio autor. Finalmente, un juez federal desechó el caso y dio la razón a Carlos Fuentes.


El de la ministra Yasmín Esquivel Mossa no es el primer caso de denuncia de plagio que ha procesado la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En octubre de 1963, la Facultad de Derecho recibió una contra el autor de una “copia casi textual” de una tesis para obtener el grado de licenciatura. Fue hace 60 años. En ese entonces, la UNAM determinó la anulación del examen profesional del impostor y solicitó a la Dirección General de Profesiones (DGP) de la Secretaría de Educación Pública (SEP) la anulación de cédula profesional y título respectivo, de manera expedita.


Seis décadas después se presenta un caso similar pero con resultados muy diferentes, las denuncias contra Yasmín Esquivel Mossa por plagio de una tesis de licenciatura en la UNAM, y otra de doctorado en la Universidad Anáhuac, parece depender de la voluntad de la acusada.


Irónicamente, la actual administración ha emitido una cartilla moral que invita a todos los ciudadanos a actuar con apego a la moral, la ética y los valores que necesitamos para construir entre todos una sociedad mejor, desafortunadamente, sus allegados proceden sin respetar dicho documento.


Desafortunadamente hay días que la patria duele y decepciona y renacen los principios morales y éticos que regulaban el proceder del general potosino Gonzalo N Santos,” el alazán tostado” que consideraba que “la moral es sólo un árbol que da moras”.


Es preferible de recordar al poeta escritor y político tabasqueño, Carlos Pellicer, quien manifestaba: “La Patria necesita hombres, más hombres que le hagan ver la tarde sin tristeza. Hay tanto y lo que hay es para pocos. Se olvida que la patria es para todos. Si el genio y la belleza entre nosotros fue tanto y natural, que el recuerdo del hombre de otros días nos comprometa para ser mejores. La patria debe ser nuestra alegría y no nuestra vergüenza por culpa de nosotros. Es difícil ser buenos. Hay que ser héroes de nosotros mismos”.


Dr. Arturo Argente Villarreal.