¡Vale!
Por @OscarGlenn
Las audiencias que va a empezar a ofrecer la gobernadora del estado de México el próximo 18 de octubre, proyectan diferentes utilidades.
Por una parte hay una función simbólica en la cual ella va a establecer en la mente de la sociedad los diferenciales en su estilo de gobernar con cercanía, afabilidad, atención personal y disposición al contacto humano e interés por resolver, que de inmediato provoca una comparación en la que ella obtiene una significativa ventaja que se traduce en la ratificación de la confianza y esperanza de buena parte de la sociedad en su propuesta.
¿Hace cuanto un gobernador mexiquense no otorga audiencias a sus gobernados?
Por otra parte, tendrá un termómetro con el que mirando a los ojos a las personas, podrá pulsar y tener indicadores de lo que se percibe y lo que se espera de su gobierno, para ratificar o rectificar y poner a prueba la eficacia de su equipo para hacer realidad ante la sociedad mexiquense ese lema de “EL PODER DE SERVIR”.
Si tuvieras frente a ti a la gobernadora, mirándote y escuchándote un instante, ¿qué le dirías? ¿Qué harías?
Estas audiencias serán para el Gobierno un reto logístico y de gestión, por principio para manejar y controlar la seguridad de la mandataria, enseguida para controlar cuántos y quienes individual o colectivamente, podrán llegar a hablar con ella y qué intereses o peticiones podrían plantearle. Hacer un ejercicio espontáneo, podría ser un desorden hasta para el seguimiento.
Las audiencias según aprecio, son la continuidad de la fórmula en donde la entonces candidata recabó miles de propuestas que le entregaron en documentos en propia mano, que después analizaron y procesaron para convertir en plan de acciones de gobierno.
La diferencia estribará quizá, en que cuando candidata las probabilidades de atender las peticiones eran inciertas y ahora cada ciudadano u organización que reciba, podrá sentir que sus probabilidades de ser atendidos rondan el 100%, pensando que por voluntad, poder y recursos no debe haber pretextos después de ser escuchados.
El “balón estará la cancha” del gabinete que no debe titubear.
La primera audiencia será un referente y un hito, con una dinámica en proceso de perfeccionamiento, ante la cual, quienes quieran ser escuchados deberán ser sagaces y precisos para identificarse, plantear claramente su causa, la validez de la misma y la expectativa que tienen.
Las audiencias de la gobernadora, bien ejecutadas y atendidas podrían llegar a convertirse en un baluarte para la Maestra, igual o más importantes que las mañaneras del Presidente. Ya entrados en esa dinámica difícil sería descontinuarlas.
Ya veremos.