Consideró que organismos como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, duramente criticado por la nueva administración federal, perdieron credibilidad ante la sociedad, como resultado de los altos salarios que perciben sus integrantes y los nulos resultados de su trabajo en beneficio de la sociedad.
"Deben mostrar su valía social o tenderán a desaparecer o ser remplazados por instancias a las cuales sea más fácil dar seguimiento y corregir deficiencias".
De igual manera, señaló que los servidores públicos que encabecen estos organismos autónomos deben ser elegidos con base en sus méritos y trayectorias para que tengan la suficiente libertad para cuestionar, denunciar o ejecutar acciones que les competen.
Aldo Muñoz Armenta lamentó que en la actualidad los organismos autónomos sean organizaciones de consultoría y no de acción que retribuya a la sociedad. Aseveró que la reforma a la administración pública determinará su destino.