Comienza, de modo característico, entre el segundo y cuarto año de vida, aunque se suele confundir con las dificultades propias de la edad a la hora de hablar. Al final, solo uno de cada 20 niños acaba tartamudeando y muchos de ellos superan el trastorno en la adolescencia.
El Día Mundial del Conocimiento de la Tartamudez fue decretado el 22 de octubre de 1998 por la Asociación Internacional de Tartamudos (ISAD). El objetivo de esta conmemoración es sensibilizar a la población hacia las personas que sufren el trastorno de la tartamudez y lograr la integración social, evitando así la discriminación de aquellas personas que aun teniendo problemas de comunicación pueden realizar eficientemente su trabajo.