Ante la insuficiencia de espacio en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), la Fiscalía General del Estado (FGE) rentó una bodega en la colonia La Duraznera de Tlaquepaque, adonde envió la caja refrigerada. Vecinos y comerciantes se quejaron y la alcaldesa solicitó al gobierno estatal sacar los cuerpos a más tardar en 48 horas, pues la bodega no contaba con permisos para resguardarlos en condiciones sanitarias y humanas adecuadas.
El 14 de septiembre, la FGE se llevó el tráiler a un predio baldío en Tlajomulco, a un lado de la colonia Paseos del Valle, donde los vecinos se quejaron por la fetidez que despedía el vehículo. El sábado 15 de septiembre, la FGE llevó la caja refrigerada a la calle 18 de la zona industrial de Guadalajara, donde permanece, supuestamente en espera de que el gobierno estatal termine de edificar, en noviembre, el Campo Experimental Forense en la colonia El Vado, en Tonalá.
Para las familias, este hecho no sólo deja ver el alto índice de homicidios en Jalisco, sino que demuestra la incapacidad humana, técnica y presupuestaria del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y de la Fiscalía General del Estado, "resultándoles imposible dar oportuna respuesta a los miles de familiares que buscamos a nuestros seres queridos".
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco inició un acta por los hechos.