Además del enfrentamiento violento de manifestantes con las fuerzas de seguridad, la ciudad porturaria se vio sacudida por incendios, saqueos y barricadas.
"Bienvenidos al infierno" fue el lema que usaron los manifestantes anticapitalistas el jueves, cuando desde temprano trataron de bloquear el acceso al recinto del encuentro a las delegaciones oficiales, consiguiendo retardar los cortejos diplomáticos que intentaban abrirse camino en medio de la agitación, y de paso perturbar un poco el inicio de las negociaciones del G20.
Ayer, se quemaron numerosos vehículos, algunos de la policía, y nubes de humo negro cubrieron parte del centro de Hamburgo y del barrio cercano de Altona.
Unas 30 marchas de protesta fue vigilada por miles de policías antimotines. Aunque la mayoría de las concentraciones fueron pacíficas y hasta creativas, algunos manifestantes lanzaron bombas molotov, tubos metálicos y piedras.
Los 20 mil policías que llegaron de toda Alemania a Hamburgo se vieron rebasados por los focos de protesta que empañaron una reunión que la canciller Merkel esperaba que demostrara el compromiso inquebrantable de su país con la libertad de expresión y de reunión.
Información Vía José Cárdenas
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