El hábito presidencial de ignorar la Ley

Oscar Glenn

El hábito presidencial de ignorar la Ley

A casi cuatro años de gobierno, todo indica que, para regresar al ejército a los cuarteles, se ha planteado instalar cuarteles por todos lados, en aeropuertos, bancos, aduanas, migración, carreteras y todo lo que se pueda, extendiendo el control del ejército sobre muchas más actividades, pero además con nula mejoría en seguridad y combate al crimen, como está documentado. ¿Quién auténticamente se siente más seguro con la Guardia Nacional? Desmantelaron la policía federal, desmantelan las aduanas y se pretende que personal militar se encargue de esas funciones. ¿Tendrán la capacidad? ¿Realmente ganamos algo con eso?

Al emitir el presidente un decreto con el cual la Guardia Nacional dependa operativamente de la Secretaría de la Defensa Nacional -en lugar de preparar su regreso y la formación de guardias nacionales reales no militares, como se acordó al inicio del sexenio- contradice lo que establece la constitución y además de la militarización evidente, ratifica el nulo respeto a las leyes vigentes y la imposición de la voluntad presidencial sobre éstas como hábito de gobierno, con total impunidad.

No es algo que se deba aceptar. Debemos exigir a los legisladores y ministros de la Suprema Corte, cumplan con su deber y hagan todo lo necesario para poner las cosas en orden. Ojalá estén a la altura. Es la hora.